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Financiera fantasma estafa a 500 personas en 1993

Fue noticia el 5 de noviembre de 1993 la desaparición misteriosa de los propietarios de la empresa "Eduardo y Orlando" y con ellos Q40 millones producto de inversiones de sus acreedores.

Titular de Prensa Libre del 5/11/1993. (Foto: Hemeroteca PL)

Titular de Prensa Libre del 5/11/1993. (Foto: Hemeroteca PL)

Los sindicados por la estafa fueron identificados como Orlando Antonio Najarro Paredes y Roberto Eduardo Villatoro Mérida quienes desde mediados del mes de octubre de 1993 vaciaron sus cuentas bancarias y oficinas sin dejar rastro.

Algunos de los 500 acreedores que invirtieron su dinero al no recibir su pago mensual acudieron a la sede de la “financiera” llevándose la sorpresa de no encontrar a nadie ni nada en la oficina donde funcionaba.

De acuerdo con el abogado Eduardo Fagiani Chinchilla “Eduardo y Orlando” abrieron la empresa en la década de los ochenta y siempre demostraron ser personas honorables, que pagaban sus compromisos puntualmente y eso les valió ganarse la confianza del público. Fagiani indicó que tenía 8 años de trabjar con Paredes y Villatoro escriturando los compromisos con los acreedores limitándose a lo legal su relación con ellos. “Incluso yo soy uno de los 500 afectados. Entre mi esposa, un hijo, un cuñado, un concuño y otros parientes les confiamos alrededor de Q200 mil, los cuales ya damos por perdidos”, indicó el abogado.

Modo de operar

La empresa “Eduardo y Orlando” como se denominaba, captaba fondos del público, supuestamente para invertirlos en construcciones y otras actividades que les generarían jugosas ganancias. Como gancho ofrecían un 5 y 6 por ciento de interés mensual, depdendiendo de la inversión.

Como prueba de las inversiones, el abogado Eduardo Fagiani Chinchilla extendía escrituras de depósitos a favor de la firma. En el documento se hacía constar el monto recibido, porcentajes de intereses y fecha de vencimientode las operaciones. En el documento se hacía constar el monto recibido, porcentajes de intereses y fecha de vencimiento de las operaciones.

En las escrituras, el abogado hace constar que “Eduardo y Orlando” son personas de su entero conocimiento, aunque ahora él dice que “eso no significa que yo indujera a los inversionistas a entregarle su dinero a mis clientes”. Incluso, dice que los mismos deudores le pagaban sus servicios profesionales.

Entre los múltiples afectados figuraba un grupo de comerciantes, a quienes la financiera fantasma desaparecida de la noche a la mañana les estafó varios millones de quetzales. De inmediato iniciaron las acciones legales y denuncias ante la Policía Nacional para dar con el paradero de los estafadores.

Pánico de inversionistas

Al conocerse la noticia del caso de “Eduardo y Orlando” decenas de inversionistas se conglomeraron en las “financieras no reguladas”, término legal que identifica a estas empresas ya que no están inscritas como entidades financieras, sin embargo hacen operaciones como captación de dinero entre otras, para reclamar su capital invertido o la presentación de los documentos que apararan su funcionamiento, pues temían ser víctimas de una estafa en masa.

Los acreedores se concentraron en las oficinas centrales de Autocasa, ubicadas en la zona 9 ya que se anunció que se intervendría la entidad por impago de impuestos. El representante legal de Autocasa, Otto René Cuevas de León, la firma es una sociedad anónima con más de tres años de estar funcionando y que contaba con unos 25 mil inversionistas. “Nuestras operaciones están dentro de la ley. No estamos afectos al encaje bancario porque trabajamos a través del derecho mercantil. La Superintendencia de Bancos dictaminó que no actuamos como un banco y que lo hacemos legalmente”, indicó.

Por la situación irregular de Autocasa, se ordenó la intervención de la empresa para verificar el pago de los impuestos y la devoluciòn de los fondos a los inversionistas. Para seguir operando, las entidades financieras deben comprobar en forma fehaciente de donde obtendrán los fondos para cancelar las tasas de interés ofertadas, caso contrario deben de devolver el dinero a los usuarios advirtió el Procurador General de la Nación, Telésforo Guerra Cahn. Días después los propietarios y representantes de Autocasa, desaparecieron estafando a más de seis mil inversionistas por Q170 millones. El proceso por este caso aún se ventila en los tribunales.

Los acreedores de la financiera fantasma “Eduardo y Orlando” perdieron sus fondos en forma definitva ya que los sindicados por la estafa nunca aparecieron y las investigaciones no avanzaron. Esta sería una de las primeras estafas en masa de las “financieras fantasma” que en los años noventa perjudicaron a miles de guatemaltecos tanto en su economía,  salud, causándoles incluso hasta la muerte.

Historia sin fin

Lamentablemente estos no serían los únicos casos de estafa a inversionistas y cuentahabientes de bancos.

  • En 2001 se intervienen los bancos Promotor y Metropolitano.
  • El Banco del Café, S.A., Bancafé fue suspendido de sus operaciones por orden de la Junta Monetaria en 2006
  • Un año después del cierre de Bancafé se conoce el cese de operaciones del Banco de Comercio. En este caso los depósitos e inversiones amparados por los certificados de custodia fueron declarados ilegales por lo que muchas personas perdieron más de mil millones de quetzales. 
  • En los casos de Bancafé y Banco de Comercio aún existen procesos ventilados en los tribunales y los perjudicados todavía guardan la esperanza de encontrar justicia y poder recuperar su dinero. 

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