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Gloria y caída de un presidente

Jorge Antonio Serrano Eli?as, un ingeniero constructor y poli?tico profesional, llegari?a al poder el 15 de enero de 1991 en medio de la sorpresa general. 

Jorge Serrano Elías fue presidente de Guatemala de 1991 a 1993. (Foto: Hemeroteca PL)

Jorge Serrano Elías fue presidente de Guatemala de 1991 a 1993. (Foto: Hemeroteca PL)

“Su recie?n estrenado Partido Movimiento de Accio?n Solidaria -MAS- lo habi?a catapultado al primer lugar de la preferencia electoral en Guatemala, despue?s de la cai?da de los principales li?deres poli?ticos del pai?s”. Así iniciaba este análisis político publicado el 13 de junio de 1993.

En medio de grandes alardes de haber formado un gobierno de unidad, el recie?n estrenado presidente Serrano, inicio? su peri?odo constitucional, en momentos que los ciudadanos guatemaltecos esperaban cambios dra?sticos en el liderazgo poli?tico nacional.

La corruptela, la frivolidad y la ineptitud de los democristianos, con Vinicio Cerezo Are?valo a la cabeza, habi?a acabado con la paciencia general y abierto el camino para nuevas actitudes de honradez, austeridad y eficiencia en el manejo de los asuntos de Estado.

El temperamental y fri?volo presidente, nunca entendio? el mensaje de sus electores. Desde el inicio de su mandato, dio muestras del derroche, la intemperancia y la ineptitud que marcari?an hasta el final a su erra?tico y corto gobierno.

Despue?s de burlarse de sus gobernados una y otra vez, de pactar con sus antiguos y desacreditados oponentes y convertir las oficinas presidenciales en un escandaloso centro de negocios personales que lo llegari?an a convertir en un hombre acaudalado y orgulloso, la cai?da del presidente Serrano llego? con la misma velocidad con la que habi?a ascendido al poder.

En medio de un ra?pido torbellino que lo llevo? a disolver el Congreso de la Repu?blica y la Corte Suprema de Justicia, Serrano fue destituido del poder por la presio?n militar y popular, retira?ndose en horas de una madrugada inolvidable para el pueblo que lo vio partir con una alegri?a inocultable.

Asi?, la historia de Guatemala se veri?a convulsionada durante dos an?os y medio por el sello personal de este hombre que son?o? y lucho? casi toda su vida por llegar a la presidencia de Guatemala y que al final, tuvo que salir huyendo en medio de la oscuridad y el silencio, bajo las acusaciones generalizadas de corrupcio?n y golpista.

Su partido

El Partido Movimiento de Accio?n Solidaria (MAS) habi?a llegado al poder sin esperarlo y sin estar preparado para gobernar a Guatemala.
Una dirigencia formada por los amigos i?ntimos y familiares del nuevo presidente de la Repu?blica, ocupari?an ra?pidamente las posiciones del recie?n estrenado gobierno, para convertirse en un ci?rculo privilegiado que gobernari?a entre tumbos y tumbos al pai?s.

Ni la llegada al poder lograri?a que el minu?sculo MAS se convirtiera en un verdadero partido de mayori?as. Serrano Eli?as, a la suma de sus innumerables errores poli?ticos, no permitio? que un nuevo liderazgo emergiera en su agrupacio?n y por el contrario, mantuvo contra viento y marea la Secretari?a General de su partido, despue?s de la tan divulgada purga de su antiguo disci?pulo Miguel Angel Montepeque, secretario adjunto, a quien sustituyo? por Gustavo Espina, su vicepresidente.

Habiendo puesto en el comite? ejecutivo a su esposa, su suegro, su hermana y amigos que ahora se encuentran pro?fugos de la justicia, el MAS quedo? ante la poblacio?n como un partido que albergo? a funcionarios golpistas y corruptos. Nadie podra? quitar la aureola de fracaso despue?s de haber salido por la puerta de atra?s de la historia.

Su gabinete

Cuando el ahora defenestrado ex presidente Serrano anuncio? la formacio?n de su gabinete aquel 16 de enero de 1991, lo presento? merecidamente como “un gabinete de lujo”. Destacadas y reconocidas personalidades de la vida nacional, estari?an junto al nuevo gobernante en la tarea de reconstruir al pai?s, despue?s de lo que habi?a quedado del desgobierno democristiano.

Al transcurrir el tiempo, aquel “gabinete de lujo” se convertiri?a en un grupo amorfo de ministros lentos, sin visio?n y sin ninguna capacidad de ejecucio?n. El presidente Serrano ocupari?a el mayor tiempo de su horario personal para reuniones sociales, negocios y otros menesteres ajenos a los verdaderos problemas del pai?s, dejando a la deriva a los ministros de su gabinete de gobierno.

El descuido presidencial al trabajo ministerial, permitio? que la corrupcio?n y la ineptitud campearan en abundancia en la administracio?n serranista. Aquel otrora “gabinete de lujo” llego? a tener tan poca importancia para el ex mandatario, que todos los ministros fueron tomados por sorpresa, el di?a aciago del autogolpe de Estado.

A excepcio?n del ministro de Trabajo, Mario Solo?rzano, ningu?n otro ministro tuvo la capacidad de advertir sobre el fracaso de la accio?n golpista de su jefe. Todos siguieron, sumisos y no deliberadamente, formando parte de un gabinete de facto, sin darse cuenta que con eso, ellos cavaban su propia tumba poli?tica. Hoy, todos regresara?n a su casa con ma?s penas que gloria…

Su familia

Jorge Serrano Eli?as habi?a llegado al poder, con una aureola familiar impecable. A los guatemaltecos les habi?a gustado la imagen bonachona y hasta ingenua de su presidente, tomado de la mano con su joven y agradable esposa. Sus apuestos hijos, sera?n tambie?n captados por la prensa en algunas ocasiones, en el ambiente presidencial.

Esa imagen positiva de la familia que ocupaba la enorme casa de la sexta avenida y quinta calle de la zona central, terminari?a muy ra?pido. Pronto se sabri?a que el hijo mayor del presidente participaba de negocios personales con el gobierno. Una de sus hijas protagonizari?a un confuso accidente con un vehi?culo propiedad del estado, sin que ella se tomara siquiera la molestia de frenar su automotor para enterarse del asunto; y las versiones conocidas sobre la aficio?n de los muchachos al juego aristocra?tico del polo, produciri?an la cai?da vertiginosa de la imagen familiar del ex mandatario.

La confesio?n final de Serrano, de que el mayor de sus hijos lo acompan?aba en el desastroso episodio del “Stringfellows” de Nueva York, fue otro golpe muy fuerte para una ciudadani?a conservadora como la nuestra. Como Serrano, su esposa y sus hijos se fueron apartando cada vez ma?s de la realidad nacional, para convertirse en una familia “clase aparte”.

Despue?s del di?a en que el ex presidente fue retirado del poder, nunca ma?s se supo de don?a Magda de Serrano y de los cinco hijos de ambos. Serrano los encumbro? a la categori?a de millonarios y los condeno? al mismo tiempo, al exilio perpetuo.

Sus amigos

La presidencia del controvertido Jorge Serrano Eli?as siempre estuvo rodeada de un muy i?ntimo ci?rculo de amigos. Todos desconocidos antes del triunfo electoral del MAS y todos con muy poca experiencia y madurez. Los resultados se encargaron de demostrarlo.

Asi?, los guatemaltecos vimos desfilar por los puestos ma?s importantes del gobierno a gentes como Manuel Conde Orellana, Guillermo Gonza?lez, Fernando Hurtado Prem, Antulio Castillo Barajas, Manolo Bendfeldt, Francisco Perdomo Sandoval, Mari?a Luisa Beltranena de Padilla y Fernando Mun?iz, entre otros.

Ese grupo cerrado de amigos, a quienes se sumaba tambie?n el vicepresidente Gustavo Espina y el canciller Gonzalo Mene?ndez Park, se encargaron de estrechar un impenetrable anillo de poder alrededor del mandatario, al extremo que se volvio? inaccesible para sus gobernados y otros de sus propios colaboradores.

Los amigos i?ntimos de Serrano, perdieron tanto la dimensio?n de su realidad, que al final de la crisis que ellos mismos crearon, se fueron al fracaso total con su jefe, en la aventura golpista que tanto ha dado que hablar en las u?ltimas semanas. Hoy, unos se encuentran fugitivos y otros regresan al anonimato.

El derroche y la corrupcio?n

Quienes lo conocen dicen que Serrano siempre fue derrochador. Disfruto? de un co?modo avio?n y lujosos carros con guardaespaldas, aun cuando era un modesto y casi desconocido aspirante presidencial.

Y comenzaron los viajes fastuosos a distintos y remotos lugares del mundo. Y mostro? pronto su famoso Mercedes Benz con las banderitas; su brillante reloj Rolex de 35,000 do?lares y los rumores de su majestuosa mansio?n de descanso en Ri?o Dulce y sus fincas en la costa, y tantas y tantas cosas ma?s.

Una aureola de magnate y aristo?crata lo rodeari?an hasta el final, sin que el presidente mostrara algu?n disgusto por ello. Es ma?s… parece que en alguna medida lo disfrutaba.

Cuando llego? a la presidencia, fue como el ciego aquel al que le quitaron la venda de los ojos. Se deslumbro? con el poder y los confidenciales y empezo? el torbellino que lo llevo? a ser uno de los presidentes con peor imagen en cuanto a honradez, en los u?ltimos tiempos.

Y empezo? la corrupcio?n promovida por e?l, en el Congreso y otros organismos del Estado. Y todo se fue pudriendo alrededor
del presidente. Al extremo que los rumores de un golpe de Estado, empezaron a ser la comidilla diaria en los u?ltimos meses.

Nadie esperari?a, empero, que el rompimiento del orden constitucional vendri?a del mismo Serrano, acorralado ante la posibilidad ya cercana de una investigación patrimonial que lo hubiera puesto en evidencia.

Sus alianzas

La poca sustentacio?n moral del gobierno de Jorge Serrano, habi?a salido a luz en toda su dimensio?n, al haber pactado con aquellos que e?l habi?a prometido “barrer” al llegar al poder. El pueblo, desilusionado, observo? con tristeza la alianza gobiernista -Movimiento de Accio?n Solidaria (MAS)- con sus antiguos rivales Democracia Cristiana Guatemalteca y Unio?n del Centro Nacional.
El nacimiento de lo que llego? a llamarse “la trinca infernal”, se constituyo? en el principio del fin del gobierno de Serrano.

Esta tenebrosa configuracio?n de fuerzas poli?ticas, se constituiri?a tambie?n en un descomunal desgaste para las figuras de Alfonso Cabrera y Jorge Carpio Nicolle. Ambos, ya fracasados de la contienda electoral anterior, seri?an vistos con desagrado por la poblacio?n, como dos aprovechadores inescrupulosos del poder.

El usufructo permanente de la direccio?n de un desprestigiado Congreso nacional y una Corte Suprema de Justicia politizada, por parte de la DC y la UCN, fue otro de los principales detonantes de la crisis de gobernabilidad de los u?ltimos meses.

Jorge Serrano Eli?as habi?a hecho famosa aquella frase de “los mismos” y precisamente su impopular alianza con los que
ya teni?an sobre sus espaldas el enorme pecado de haber quebrado a Guatemala, seri?a el motivo suficiente para que una poblacio?n a?vida de honestidad y rectitud en el manejo de los asuntos del Estado, retirara toda su confianza y apoyo moral.

La cai?da

Ya el destino de Serrano estaba marcado por la historia. La torpeza de sus actuaciones, su desenfrenado cara?cter, su ambicio?n de dinero, su alto grado de inmoralidad poli?tica y el acelerado e incontenible desgaste de su gobierno, produciri?an una sucesiva cadena de acontecimientos, que terminari?an con su salida abrupta del poder.

Deso?rdenes estudiantiles primero; la coincidente cai?da del venezolano Carlos Andre?s Pe?rez y el inicio en Guatemala de un movimiento destinado a lograr la investigacio?n de su fortuna personal despue?s, fueron suficientes para que el ex presidente Serrano perdiera toda proporcio?n de la realidad y rompiera con el fra?gil proceso democra?tico guatemalteco.

En una torpe accio?n de “boto, antes de que me boten”, Serrano Eli?as se jugo? el todo por el todo. ¡Y perdio?!. Un generalizado rechazo internacional y la fe?rrea resistencia local a su irreflexiva accio?n golpista, produjo un espantoso aislamiento del re?gimen. Su u?ltimo apoyo, el de los militares, tambie?n se esfumo? el u?ltimo di?a de mayo.

Serrano salio? del pai?s a hurtadillas. En horas de la madrugada y en medio de una gran soledad. Hoy, todos lo reclaman desde su exilio en Panama?. Los di?as de gloria terminaron. Y los efectos de su cai?da… au?n perduran en el pai?s de “los mismos no”. 


Triunfo y caída de Serrano Elías. (Video: tomado de Youtube)

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