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Terrorismo en Juegos: Munich 1972

Treinta y seis an?os desde que albergara por vez primera a los Juegos Oli?mpicos, Alemania Federal se preparo? nuevamente para recibir a la justa del mu?sculo.

La gran figura de los Juegos Olímpicos de Munich 1972 fue el estadounidense Mark Spitz quien ganó 7 medallas de oro. (Foto: Hemeroteca PL)

La gran figura de los Juegos Olímpicos de Munich 1972 fue el estadounidense Mark Spitz quien ganó 7 medallas de oro. (Foto: Hemeroteca PL)

Munich fue la ciudad elegida como sede. Dispuestos a borrar el recuerdo de la Olimpiada de 1936 marcada por la política, cuando Alemania estaba bajo la dictadura de Adolfo Hitler, los nuevos alemanes gastaron un millón de marcos por año para organizar una justa deportiva imperecedera.

Lejos estaban de imaginar los organizadores, que la Olimpiada de Munich iba a pasar a la historia ma?s como el recuerdo de algo tra?gico, que por los e?xitos deportivos alcanzados.

La primera nube que presagio? tormenta, fue la retirada de Rhodesia. Los negros norteamericanos junto a los de los pai?ses africanos, amenazaban con retirarse si Rhodesia no se marchaba.

Pero esto so?lo fue el comienzo, puesto que el punto ma?s negro llego? la madrugada del 5 de septiembre cuando un comando terrorista palestino compuesto por ocho guerrilleros del grupo Septiembre Negro, irrumpio? en el pabello?n 31 de la villa oli?mpica, atrapando a un grupo de atletas israeli?es a los cuales amenazaron de muerte si el gobierno de Israel no liberaba a 200 prisioneros a?rabes que estaban detenidos en ca?rceles judi?as.

El dia de las negociaciones, los eventos continuaron disputa?ndose en forma normal hasta las cuatro de la tarde. A las 10 de la noche tres helico?pteros transportaron a los comandos y rehenes al aeropuerto de Fu?rstenfeldbru?ck en donde supuestamente un avio?n los trasladari?a a El Cairo. Alli? la polici?a intento? sorprender a los terroristas, pero el plan fallo? y la cai?da fue la muerte de cinco de los ocho terroristas, de un polici?a y de los 11 atletas israelíes.

Dos luchadores, dos levantadores de pesas, un atleta, dos a?rbitros y cuatro entrenadores judi?os murieron en suelo alema?n y las comparaciones no se hicieron esperar.

Los juegos fueron suspendidos por una jornada en donde se efectuo? una ceremonia en memoria de los atletas, a la par de que en todo el mundo se elevaban voces de protesta.

Un envejecido presidente del Comite? Oli?mpico Internacional, Avery Brundage dijo el 6 de septiembre “The Games must go on” (los juegos deben continuar) y la Olimpiada continuo? desarrolla?ndose en medio de un profundo silencio. El pesar estaba presente.

La Olimpiada de Munich estaba marcando el paso en ese entonces, en cuanto a nu?mero de pai?ses participantes (122), en cuanto a competidores (7,830, 1,299 eran mujeres), en nu?mero de disciplinas deportivas (21) y en nu?mero de eventos con un total de 195.

Cosa parado?jica, un americano de origen judi?o fue el he?roe oli?mpico, implantando un nuevo re?cord de medallas de oro cosechadas por un atleta.

Mark Spitz, el monstruo marino de la natacio?n logro? en Munich una meta que muchos habi?an calificado de insensata. Incluso llamaron a Spitz pretencioso porque deci?a que podi?a lograrlo y lo consiguio?.

Spitz obtuvo siete medallas de oro, cuatro individuales y tres en pruebas de relevo, imponiendo siete nuevos re?cords mundiales y oli?mpicos en los 100 y 200 metros libres, 100 y 200 metros mariposa, y en los relevos 4×100 libres, 4×200 libres 4×100 combinado individual. El gran alema?n demo?crata Roland Mattbes, medallista de Me?xico, volvio? a ganar dos medallas de oro pero se quedo? chiquito ante Spitz.

Incluso la australiana de oro, Shene Gould quien obtuvo tres de oro, una de plata, y una de bronce, se vio opacada por la victoria del norteamericano. Mark Spitz, al momento de obtener su se?ptima medalla, fue llevado en medio de severas medidas de seguridad, a la villa oli?mpica y de alli? al aeropuerto, debido a amenazas en medio de los incidentes de los palestinos.

Otros grandes atletas que sobresalieron fueron Vale?ry Borzov, primer sovie?tico que logro? ser campeo?n oli?mpico de las pruebas de velocidad en el atletismo (100 y 200 m). Otro atleta que sobresalio? fue el ugande?s Jhon Akii-Bua quien en los 400 metros con vallas impuso un nuevo re?cord mundial y oli?mpico con 47.82 segundos.

En el atletismo, Estados Unidos marco? un claro declive, obteniendo solamente 107 medallas contra 91 de la Unio?n Sovie?tica y 25 de Alemania Democra?tica, nacio?n que vino a demostrar su constante superacio?n en esta disciplina deportiva.

Rick Demon, un trito?n norteamericano que padeci?a de asma, logro? triunfar en la prueba de los 400 metros libres, pero perdio? la medalla puesto que su examen antidoping dio positivo, ya que por el asma ingirio? un producto que conteni?a efedrina. Por ello es que actualmente el me?dico debe certificar que? medicamentos ingiere un atleta para evitar una nueva descalificacio?n como la de Demon.

En el baloncesto, por primera vez Estados Unidos no gano? la medalla de oro, perdiendo un invicto que duro? 36 an?os. Fue una final drama?tica, en la cual los americanos perdi?an en los u?ltimos 10 minutos por diferencia de 10 puntos. A 30 segundos del final Collin encesto? y puso a ganar a los Estados Unidos por vez primera en el juego, 50 a 49.

A tres segundos el partido se interrumpio?, un tiempo muerto acordado en condiciones dudosas hizo que el reloj se parase. la cancha fue invadida, intervino el secretario de la federacio?n internacional. El juego se reanudo? y Alexandre Belov recibio? un pase largo y anoto? sin oposicio?n. Los sovie?ticos ganaron la medalla de oro.

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