Un año después de su fundación, el castillo era el principal almacén de guerra de Guatemala. Ahí funcionó la primera escuela de primaria para alfabetización de soldados, declaró Almanelly Ruano, encargada de relaciones públicas y guía del museo.
Con el levantamiento de la tropa de la Guardia de Honor, el 20 de octubre de 1944 hubo un ataque masivo, lo que causó un incendio que lo destruyó casi por completo, y solo quedó a salvo el torreón principal.
En 1969 se comenzaron los trámites para reabrir el edificio, pero además con un museo para el Ejército. A partir de junio de ese año inició un movimiento para conseguir las colecciones que formarían el museo. Transcurrieron los años, y el terremoto de 1976 generó otra destrucción.
Además, en 1984 se publicó el acuerdo gubernativo número 573-84, en el cual se asignó de manera oficial el área de las baterías del antiguo Fuerte de San José para el funcionamiento del Museo Militar. Sin embargo, abrió sus puertas al público en 1997. Más tarde se efectuaron otras remodelaciones y lo inauguraron oficialmente el 25 de mayo de 1999.
Ahora los castrenses destacados en ese lugar resguardan parte de la historia militar que tuvo relación con el rumbo político del país.
Uno de estos acontecimientos fue la firma del Acta de Independencia, en la que se pueden observar pasajes de la separación de Guatemala de la corona española.
El artículo 5 del Acta de Independencia, firmada el 15 de septiembre de 1821, y la Batalla de San José La Arada, ocurrida en 1851, cuatro años después de que Guatemala fuera declarada República independiente, reflejan que el país no se desarrolló como tal en santa paz.
El acta reza: “La absoluta independencia en la que ahora se constituye esta república, no será jamás un obstáculo a la reorganización de Centro América y otros Estados que hallarán perpetuamente en Guatemala la misma favorable disposición de su antigua confraternidad”.
El Salvador y Honduras no lo entendieron así y decidieron invadir Guatemala. Reunieron en Ocotepeque a unos cuatro mil hombres para tal acción militar, pero su objetivo fue neutralizado por el general guatemalteco Rafael Carrera.
Pasajes de esa historia se encuentran en el Museo Militar, ubicado en el castillo de San José de Buena Vista, ubicado en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, del Centro Cívico, zona 1.
Cambio de destino
En 1987 abrió sus puertas y fue llamado Museo Heráldico y de Armas del Ejército de Guatemala. En 1998 se iniciaron trabajos de reestructuración que finalizaron el 25 de mayo de 1999.
En su interior se conservan muchos objetos de lo que fue Guatemala en el siglo XIX, cuando apareció la primera fuente de información escrita en el país y los primeros periódicos que se editaron.
Se conservan aún las bandas presidenciales de Justo Rufino Barrios y de Miguel García Granados, quien, incluso, estuvo detenido en los calabozos de ese lugar.
García Granados hizo pública su protesta contra el conservador Vicente Cerna. El 3 de junio de 1871, tras una larga travesía, logró con sus soldados llegar a Patzicía, Chimaltenango. En Totonicapán fue declarado presidente provisorio del gobierno liberal. Fundó la Escuela Politécnica y decretó los colores de la Bandera y del Escudo nacionales.
Los escritos de Barrios y de Cerna se encuentran en la Sala de Investigaciones del Museo, cuyo contenido refleja las convulsiones sociales de la época.
Simbolismo
En una de las salas se hallan las siete banderas que el país ha tenido desde que formaba parte de la nación centroamericana. Se muestra la transformación de la bandera y el escudo de armas de Guatemala
El museo conserva el sable del mariscal José Víctor Zavala, documentos así como armamento y fotografías del general José Carrera Turcios.
Uno de los torreones resguarda artículos de la Reforma Liberal, e incluyen movimientos previos, recreación de la batalla de Tacaná y el armamento utilizado en la época.
Los calabozos, una de las principales atracciones del museo, pueden ser visitados por el público. La historia detalla que fueron desactivados con la construcción de la Penitenciaría Central, a finales del siglo 19. La bartolina del museo es la construcción más antigua, en el Torreón de las Baterías.
Los calabozos fueron utilizados como prisión. Los documentos refieren que en el lugar estuvieron encarcelados políticos y militares opositores a los regímenes liberal o conservador.
Los presos apenas si recibían la luz del sol, y sólo eran alimentados a pan y agua. Toda una historia político-militar de Guatemala que está expuesta en este recinto.