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1986: ¡Se quemó la Aduana!

El 13 de abril de 1986 se conocía sobre un dantesco incendio que destruyó la antigua Dirección General de Aduanas, ubicada en la zona 1. El siniestro se apreciaba desde gran parte de la ciudad.

Foto de la portada de Prensa Libre del 13 de abril de 1986 ilustrando el incendio que destruyó la Aduana Central. (Foto: Hemeroteca PL)

Foto de la portada de Prensa Libre del 13 de abril de 1986 ilustrando el incendio que destruyó la Aduana Central. (Foto: Hemeroteca PL)

La nota periodística de Prensa Libre indicaba que el incendio fue provocado por una misteriosa explosión en el interior de la Aduana Central, situada en la 10a. calle entre 14 y 15 avenidas zona 1 dejando pérdidas millonarias.


Fueron destruidos tres almacenes llenos de mercadería; casi todas las oficinas administrativas; las visturías, el departamento de control estadístico; el archivo y todas las bodegas. El edificio sufrió daños casi totales, sin registrarse desgracias personales.

El fuego se inició a las 18.12 horas y en cosa de segundos, por el material inflamable que ahí se almacenaba, las lenguas de fuego y enormes columnas de humo negro se dejaron ver a considerables distancias en la ciudad.

Los cuerpos de bomberos Voluntarios y Municipales acudieron inmediatamente al sitio del siniestro para iniciar un trabajo que les llevaría muchas horas, como era costumbre en aquellos años, tuvieron el problema de la falta de agua.

Titular de la portada de Prensa Libre del 13 de abril de 1986. (Foto: Hemeroteca PL)

Las explosiones y el fuego que se extendía por toda esa instalación de cerca de una manzana alarmaron a los vecinos que viven en los alrededores, y se vieron obligados a abandonar sus casas y alejarse.

En el centro de la ciudad se observaba grupos de personas corriendo hacia el lugar del suceso, en calidad de curiosos, como siempre sucede en estos casos, sin saber en ese momento qué era lo que ocurría. Había conmoción e incertidumbre entre los capitalinos.

La policía y cuerpos de servicio tendieron un cerco en torno al edificio en llamas, con el propósito de evitar posibles saqueos. Los cuerpos de bomberos sacaron todas sus unidades contra incedios; sin embargo, sufrieron problemas por la falta de hidrantes y de agua, por lo que tuvieron que llamar urgentemente a Empagua para que abrieran las compuertas de varios de sus sistemas de abastecimiento, sin mayor resultado.

Las columnas de humo negro que salían del edificio de la Aduana se apreciaba a grandes distancias. (Foto: Hemeroteca PL)

Las primeras teorías sugerían que se trataba de un atentado, aunque los vigilantes que cuidaban las instalaciones dijeron no haber visto nada fuera de lo normal, únicamente escucharon las explosiones antes de que comenzara el incendio.

Bomba “la beliceña”

Ante la falta de hidrantes y agua para el control del fuego, jugó papel importante la pequeña motobomba BEI de los bomberos municipales, la que se encargó de succionar el líquido de la piscina del colegio Belga. 

Esta unidad es llamada por algunos bomberos como “la beliceña” por ser producto de lo que para los guatemaltecos sigue siendo territorio nacional. La máquina fue donada por los ingleses, cuando estuvo en su mayor efervescencia el problema de Belice.

Particulares colaborando con los bomberos para extinguir el fuego. (Foto: Hemeroteca PL)
No era primera vez

El 17 de abril de 1977 el mismo edificio sufrió un incendio, el cual tardó tres días para extinguirse, tras un arduo trabajo de los bomberos.

El inicio y desarrollo del de 1986 fue parecido, muchas explosiones, llamaradas enormes y columnas de humo que ascendían sobre el cielo de la capital.  Nunca se aclaró el siniestro. 

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