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Laguna Brava, un espejo celestial

A 405 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, al norte de Huehuetenango, incrustada como un espejo celestial, se encuentra la laguna Brava. Este paraíso terrenal pertenece al municipio de Nentón.

La laguna Brava es la segunda más grande del occidente. (Foto: Hemeroteca PL)

La laguna Brava es la segunda más grande del occidente. (Foto: Hemeroteca PL)

Sus misteriosos bosques resguardan a la también llamada Yolnabaj, que en chuj significa “abajo en el agua”. Llegar a este lugar requiere decisión y espíritu aventurero, pero el recorrido ofrece una belleza natural que vale la pena.

Antes de sumergirse en los bosques podrá conocer distintas comunidades, como la de Chaculá, integrada por migrantes que salieron huyendo de su tierra durante la guerra interna, quienes ofrecen servicios ecoturísticos que incluyen hospedaje.

La Franja Transversal del Norte es uno de los escenario para iniciar la caminata. Es de suma importancia contar con el apoyo de un guía.

El sendero hacia la laguna, lleno de sembradillos, es de terracería y se desprende de la carretera principal en la aldea Yalambojoch.

Durante este periplo apreciará, entre otras cosas, en el horizonte, la nublada sierra de los Cuchumatanes, que vigila el valle. El recorrido es sencillo, pero lleno de ese silencio que solo la naturaleza puede ofrecer, ese que está copado por canto de las aves.

Por momentos, la niebla cae sobre los caminantes y humedece la ropa y un rico y fresco rocío queda en las pestañas. Con un poco de suerte, también podrá observar armadillos, ardillas y algunos anfibios que se mezclan entre la maleza circundante, así como los ríos y las cascadas, que hacen de este viaje un encuentro sonoro con la naturaleza.

Después de tres horas de caminata y a mil 142 metros sobre el nivel del mar, llegará a la laguna Brava, llamada así porque, según los aldeanos, el sonido del viento, al caer la tarde, hace rugir sus aguas. Esta es la segunda mayor laguna en noroccidente del país, después del Lago de Atitlán.

En este lugar alquilan, a módicos precios, balsas hechas de troncos, que para espíritus osados es una travesía imprescindible. Navegar por estas aguas devuelve la pasividad perdida en el ajetreo citadino.

Yolnabaj toma tonos celestes y turquesas mientras más se avanza en sus entrañas, debido a la profundidad de sus tibias aguas. Por la dificultad para llegar, son pocos los turistas que la visitan, lo que lo hace un sitio ideal para vacacionar de manera rural y muy ecológica.

En Nentón el clima es cálido, pero la laguna recibe a sus visitantes con la frescura de sus aguas. La laguna Brava es uno de los destinos recomendables para visitar si lo que se desea es descansar lejos del bullicio de las grandes ciudades.

Yolnabaj, además, ofrece a quienes llegan a sus orillas oscuras noches iluminadas con el reflejo de las estrellas que muestran en su plenitud la creación universal.

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