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Los <em>Chocanitos</em>, personajes que conocieron nuestros abuelos

Los hermanos Rafael y Federico Carrera y Aragón fueron dos personajes guatemaltecos populares entre los años 1920 y 1940. 

Los "Chocanitos" en el ocaso de su vida. (Foto: Hemeroteca PL)

Los "Chocanitos" en el ocaso de su vida. (Foto: Hemeroteca PL)

Podemos imaginarlos tomados del brazo, caminando por las calles de lo que hoy es el Centro Histórico de la Ciudad y recitando versos a las señoritas. A cambio, estas les daban algún dinero o frutas que ellos guardaban en un canasto.

Antes de proseguir, hagamos un breve repaso por aquellos primeros 40 años del siglo XX. Para 1900, el Teatro Colón tenía 40 años. Entre 1898 y 1944 hubo tres censos. Para 1900 el país tenía un millón y medio de habitantes, y hacia los años 1940, dos millones. —se considera que en la actualidad llegamos a los 14 millones—.

Los ciudadanos disfrutaban de paseos por la feria de Jocotenango; en octubre asistían a las fiestas en honor a la Virgen del Rosario, o bien, hacían excursiones al lago de Amatitlán y sus alrededores. Los conciertos de marimba eran presididos por el maestro Domingo Bethancourt o por don Rocael Hurtado; la Banda Marcial era dirigida por el maestro Aquilino Castro en el jardín la Concordia…. Era la época de las diligencias tiradas por caballos sobre calles empedradas.

Eran famosas las leyendas de Guatemala, cuyos protagonistas centrales eran la Llorona, el Cadejo, la Siguanaba y el Sombrerón, entre otros espantos que incluyen a la monja sin cabeza y al legendario ladrón Pie de Lana.

En ese contexto vivían los Chocanitos, cuando la moda de los años 1920 y 1930 estaba influenciada por París. Las señoras vestían trajes largos, los caballeros, de levita, sombreros de copa y bastón.

“La Ciudad estaba rodeada por algunos pueblos como el de Jocotenango, San Pedro Las Huertas, la Villa de Guadalupe y los Guardas que representaban las salidas de la ciudad”. Esto último lo escribe Héctor Gaitán en su libro Historias de la Ciudad de Guatemala (Plus Ultra, edición de 1977).

Precisamente, don Héctor nos contó —para este artículo— acerca de los Chocanitos: “Eran dos hermanos que fueron muy conocidos entre los años 1920 y 1940. Eran relativamente pobres, pero se dice que antes habían tenido cierta alcurnia, pues procedían de una familia muy adinerada que había caído en la pobreza. Vivían por Santo Domingo, en la 10 calle y 13 avenida. Su casa se incendió, más o menos, en 1947 ó 1948.

“Cuando murió el hermano menor (Rafael), don Octavio Paiz abrió un programa en la Radio TGW que se llamaba Los Chocanitos, que era patrocinado por cigarrillos Club y Fleetwood. —Por cierto, Octavio Paiz fue el protagonista central en la película El Sombrerón (en 1951)—.

Pues resulta que en el programa se recitaban versos, políticos o románticos. Don Octavio hacía de uno de los Chocanitos, mientras que el otro (Federico) era uno de los verdaderos hermanos Carrera y Aragón”.

Gaitán se refiere al recordado Octavio Paiz, uno de los locutores que se inició en esa profesión junto a la inauguración de radioteatro TGW, en 1936, y que años después destacó tanto en el radioteatro infantil como en la radionovela guatemalteca.
Paiz consideró oportuno difundir desde un programa radial las cualidades poéticas de los hermanos, peoro debido a que ya el menor había fallecido —hasta el momento no se conoce en qué año exacto ni por qué motivo—, él mismo hacía el papel de Rafael Carrera y Aragón.

Los guatemaltecos —se dice por ahí— son hábiles para poner sobrenombres, por lo que seguramente fue fácil que, por el hecho de recitar versos, los compararan con el poeta peruano José Santos Chocano (Perú, 1875-1934), aquel no menos extraño personaje que además de poeta fue diplomático, secretario de Pancho Villa, amigo y colaborador del presidente Manuel Estrada Cabrera, que mató a un escritor rival en 1925 y que fue asesinado por un chileno en 1934. A este bardo, que vivió en el país en los años 1920, no le venía en gracia que usaran su apellido para apodar a los hermanos, cuenta Gaitán.

“Fueron los personajes típicos más queridos de los chapines —escribe el historiador en su citado libro—. Los describe recorriendo las calles de la ciudad, a veces solos y otras “del brazo de su madrecita”.

“Eran tan queridos —anota— y respetados como la misma Mosquita; tan queridos y recordados como el Tigre y Panchito Bonito, el bohemio personaje que gritaba en cada esquina: ¡Panchito Bonito quiere guardente!… Hasta que un tranvía lo mató en la esquina de Santa Rosa”.

Y cierra Gaitán con las siguientes palabras, tan atinadas y sensibles que quisiéramos repetir para concluir este breve repaso por la vida de los dos hermanos:

“Quede pues, el recuerdo de los hermanos Carrera y Aragón, los Chocanitos, en estas líneas que leerán las nuevas generaciones. Recuerdo que no se borra fácilmente, porque su voz quejumbrosa aún se escucha en el silencio de la noche chapina:

‘¿No es verdad, amada mía,
que en esta apartada orilla
más linda la luna brilla
y se respira mejor…?’

 

Contexto social

  • El individuo que nació en 1900, hacia 1950 ya había tenido 10 presidentes y vivido dos terremotos, una peste, dos guerras mundiales y la significativa evolución de los medios de transporte.
  • Un viaje de Guatemala a El Salvador duraba de las 4.35 horas hasta las 16.45 del día siguiente, con trasbordo en Zacapa.
  • El acontecimiento político más importante de esa primera mitad del siglo XX fue la Revolución de Octubre de 1944, truncada en 1954.
  • Según un cuadro estadístico comparativo de las repúblicas hispanoamericanas, elaborado en 1930 por Alfredo Schlesinger. En ese año Guatemala tenía unos dos millones de habitantes.
  • Había 385 oficinas postales y tres mil 145 teléfonos en todo el país. Fuente: Historia General de Guatemala

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