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Celebración del Mes del Rosario cumple 130 años

El día de la Virgen del Rosario es el 7 de octubre, pero su fiesta se extiende todo el mes en Guatemala.

El antiguo altar de la Virgen del Rosario era de mármol y profusamente iluminado. Fue sustituido por el actual, en la década de 1950. (Foto: Hemeroteca PL)

El antiguo altar de la Virgen del Rosario era de mármol y profusamente iluminado. Fue sustituido por el actual, en la década de 1950. (Foto: Hemeroteca PL)

En octubre de 1888, hace 130 años, se celebró por primera vez en Guatemala el Mes del Rosario, por iniciativa del fraile dominico Julián Raimundo Riveiro y Jacinto.


Esta celebración fue instituida en 1883 por el papa León XIII, como un homenaje a la Virgen.

Riveiro y Jacinto, originario de Cobán, Alta Verapaz, fue nombrado párroco del templo de Santo Domingo y llegó a ser arzobispo de Guatemala en 1914.

Desde el convento dominico fomentó la devoción a la Virgen del Rosario por medio de los apostolados del Rosario Viviente —orientado a niños— y el Rosario Perpetuo —adultos—.

Según el calendario litúrgico, el día principal de esta celebración es el 7, cuando se recuerda la victoria de las tropas cristianas sobre los turcos en la Batalla de Lepanto, en 1571. El triunfo se atribuyó a la intercesión de Santa María, conociéndose al principio como Nuestra Señora de las Victorias, y posteriormente como del rosario.

Desde la Colonia

En 1559 se fundó en Guatemala la primera cofradía dedicada a la promoción del rosario. Fray Lope de Montoya, dominico, encargó a los plateros Nicolás Almaina, Lorenzo Medina y Pedro de Bozarráez una imagen de dos varas de alto de la Virgen del Rosario, la cual fue entregada entre 1580 y 1592.

Esta imagen, hecha totalmente en plata y hábilmente encarnada, preside el templo de Santo Domingo y es invocada como madre, reina y patrona de Guatemala desde el siglo XIX. En 1934 fue coronada con rango pontificio y en 1995 fue consagrada. 

El Templo de Santo Domingo fue elevado a la categoría de Basílica Menor en 1970 y dedicada a la Santísima Virgen en su advocación del Rosario. Siendo el segundo templo en obtener este privilegio otorgado por la Santa Sede.

Su belleza y devoción ha trascendido el tiempo, y esto es refrendado cada mes de octubre, cuando miles de católicos visitan su basílica, en el centro histórico capitalino. Es una una fiesta que se ha realizado ininterrumpidamente.

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