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Ríos Montt admite responsabilidad

Efraín Ríos Montt, líder del Frente Republicano Guatemalteco (FRG), admitió que sus seguidores causaron los disturbios del “Jueves Negro”, el 24 de julio de 2003.

Líderes del FRG con gorros pasamontaña dan instrucciones la turba. (Foto: Hemeroteca PL)

Líderes del FRG con gorros pasamontaña dan instrucciones la turba. (Foto: Hemeroteca PL)

En la noche del día de los incidentes que causaron la muerte de un reportero y caos y zozobra en la capital, Ríos Montt admitió que sus correligionarios fueron los causantes de los disturbios, aunque desligó a funcionarios y líderes del FRG de haber organizado a la turba.

A las 20 horas del jueves 24 de julio, Ríos Montt dio una improvisada conferencia de Prensa en la sede del FRG, en relación con lo acaecido ese día.

Indicó que fueron integrantes del comité ejecutivo quienes intercedieron para que más de 800 personas fueran liberadas en el Centro Empresarial, zona 10, y otras más en diferentes puntos de la capital.

“Quiero dejar bien claro que el comité ejecutivo del partido, no convocó, no organizó ni propició la reunión de este día”, dijo Ríos Montt”, aunque minutos después se contradijo con sus propias respuestas.

Ríos Montt se presentó ese día con su compañero de fórmula, Edín Barrientos; el jefe de la bancada oficial, Arístides Crespo, su hija Zury Ríos Sosa y otros dirigentes del FRG.

Se contradice

Las contradicciones entre las afirmaciones y los hechos saltaron de inmediato a la vista, porque integrantes del partido fueron vistos con gorros pasamontaña dando órdenes a los manifestantes, entre ellos el diputado Juan Santa Cruz.

Cuando lo cuestionaron acerca de la presencia de éste en el Centro Empresarial, Ríos dijo: “Sí, así es, yo mandé a mi comité ejecutivo para cambiar a esa gente y retirarla de los puestos donde estaban y que se concentraran en la Corte Suprema de Justicia (CSJ)”.

Nuevamente, se le preguntó: “¿Entonces quiere decir que sí fueron organizados por dirigentes oficialistas”? Ríos hizo entonces un desplante. “Gusto de saludarlo”, dijo, y se retiró.

Nuevamente se le increpó sobre qué iba a hacer con todos sus seguidores que dormirían ese noche en la CSJ.

Con una respuesta evasiva, el patriarca del FRG dijo a la Prensa que la gente tenía derecho a permanecer en el lugar, aunque en el fondo dejó entrever que buscarían la manera de retornarlos a sus lugares de origen.

Segundos después dio la media vuelta y salió, escoltado por Barrientos y Crespo.

Las protestas por la inscripción de Ríos Montt dejaron, además de pérdidas humanas, daños materiales y zozobra en la población.

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