Su carrera laboral se desarrolló en las aulas de las Universidades Rafael Landívar y Francisco Marroquín, impartiendo diferentes cátedras de Derecho desde el año 1978 hasta la fecha. Su labor en el Estado inició en 1982 cuando desempeñó una magistratura en la Corte Suprema de Justicia hasta 1984. En 1986 fue nombrada Magistrada del Tribunal Supremo Electoral cargo que tuvo hasta 1991. Formó parte del gabinete de gobierno del Presidente Jorge Serrano Elías.

Gobierno de Serrano
En 1993, Jorge Serrano Elías decidió disolver el Congreso, la Corte Suprema de Justicia y la de Constitucionalidad como parte de las medidas temporales de gobierno, hecho que fue catalogado como un golpe de estado técnico. Además de nombrar personalmente a nuevas autoridades de dichos organismos, en el caso del Organismo Judicial nombró a la ex ministra de educación.

Beltranena de Padilla se desempeñó como Ministra de Educación durante dos años y medio de gestión del régimen de Serrano, fue duramente criticada por el magisterio nacional por su gestión al frente de la cartera y exigieron varias veces su renuncia.

En el acto fueron nombrados y juramentados los siguientes magistrados: Vocales 1 al 8: José María Moscoso Duarte, Roberto Eduardo Rivera Álvarez, Servio Tulio Aquino Barillas, Rodrigo Herrera Moya, Aura Astrid Morales, Juan Alfredo Barrios Martínez, Bernardo Alfredo López Estrada y Josefina Chacón Vargas.

Una de las primeras actuaciones de la nueva CSJ sería procesar por corrupción a sus antecesores, según la presidenta Beltranena de Padilla. Dijo además que este proceso será estudiado bien con los magistrados, con quienes también decidirá si es procedente cambiar o no a jueces y magistrados de salas de apelaciones.

Las actividades se normalizarán en las próximas horas, siempre y cuando los que lo hagan estén dispuestos a trabajar por el pueblo y no para intereses personales, indicó Beltranena. El Colegio de Abogados y Notarios rechazó el nombramiento y las medidas adoptadas por Serrano. Sobre ésta situación indicó Beltranena: “La ley es dura y cumplirla también”.

Su paso por la presidencia de la CSJ fue fugaz ya que horas después, ante la huída de Serrano del país, las nuevas autoridades nombradas por él fueron retiradas tomando posesión sus antiguos ocupantes. Beltranena de Padilla indicó que fue amenazada de muerte por lo que tuvo que esconderse, sin embargo fue procesada meses después acusada de haber cometido doce delitos violatorios a la Constitución Política.

Al final no fue encarcelada como se presumía en distintos círculos políticos y fue liberada de los cargos que se le imputaban. Este fue el último puesto público que desempeñara dedicándose el resto de su vida a la docencia.