Las tropas extranjeras, desplegadas en Afganistán desde 2001, “fracasaron y la situación se deteriora cada día”, estimó el jefe de Hezb-i-Islami, el segundo grupo de la rebelión afgana después de los talibanes.
“No entiendo cómo la opinión pública británica puede aceptar que sus hijos sean enviados a una muerte segura para satisfacer a los generales estadounidenses”, prosiguió.
Reino Unido, con nueve mil militares desplegados en Afganistán, proporciona el segundo contingente de la fuerza de la Otan. Desde el inicio de la intervención militar, 438 soldados británicos murieron en el país.
Gulbuddin Hekmatyar también acusó al príncipe Enrique, tercero en la línea de sucesión a la corona británica, y actualmente destinado en Afganistán, de haber acudido a este país para “matar afganos inocentes estando borracho”. Consultada, la secretaría del príncipe rechazó comentar esas declaraciones.