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¿Qué es la inmigración en cadena y por qué Donald Trump quiere eliminarla en EE. UU.?

"No se puede permitir que la inmigración en cadena forme parte de cualquier ley sobre inmigración", escribió el pasado 15 de septiembre en su cuenta de Twitter el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Trump quiere cambiar la legislación migratoria en Estados Unidos. GETTY IMAGES

Trump quiere cambiar la legislación migratoria en Estados Unidos. GETTY IMAGES

El mensaje lo repitió este lunes durante la presentación de la Estrategia Nacional de Seguridad (NSS, en inglés”), cuando señaló que esta era la primera vez que se incluye un plan serio de defensa de la patria y que proponía poner fin a la inmigración en cadena.

Ahora bien, ¿a qué se refiere el mandatario estadounidense cuando habla de “inmigración en cadena”?

Según una presentación publicada el viernes pasado en la página web de la Casa Blanca, es “el proceso mediante el cual los extranjeros que se establecen en Estados Unidos traen consigo a sus familiares foráneos, quienes entonces tienen la oportunidad de traer a sus familiares extranjeros y así hasta que toda la familia extendida está establecida en Estados Unidos”.

Así, lo que la Casa Blanca califica como inmigración en cadena no es otra cosa que el proceso conocido como “reunificación familiar”, previsto en la legislación estadounidense desde que en 1965 se aprobó la Ley de Inmigración y Nacionalidad.

Esta norma puso fin a un sistema que privilegiaba a los inmigrantes europeos, mediante un sistema de cuotas por países, por uno que favorece la llegada de extranjeros que tuvieran vínculos familiares con ciudadanos estadounidenses y con extranjeros con permiso de residencia permanente (la llamada green card) en ese país.

Con los años, esta legislación se fue modificando aunque conservando los mismos principios rectores.

En la actualidad hay cinco categorías de visas jerarquizadas en función de la proximidad del vínculo familiar, cuyo otorgamiento está limitado a un máximo de 480 mil anuales para los familiares de los extranjeros con residencia permanente y sin ningún límite para quienes tienen vínculos con ciudadanos estadounidenses.

También hay unas cinco categorías de visas de trabajo, pero estas tienen un límite anual de 140 mil al año. Y esto es parte de lo que preocupa a la Casa Blanca.

Cadena sin fin

“La inmigración en cadena afecta la seguridad nacional, al no establecer criterios basados en méritos para evaluar a quienes entran en Estados Unidos. En lugar de ello, los vínculos familiares son todo lo que hace falta para obtener un permiso de residencia permanente y, a cambio, convertirse en poco tiempo en un ciudadano estadounidense con derecho a voto, con acceso a los beneficios sociales del gobierno y del sistema federal de bienestar”.

Los anteriores son algunos de los argumentos en los que se basa el gobierno de Donald Trump para rechazar este mecanismo de reunificación familiar, al que consideran “un proceso sin fin”.

Además, aseguran que la inmigración en cadena es una fuente de mano de obra poco cualificada que “daña a los estadounidenses más vulnerables”, al presionar a la baja los salarios de los trabajadores con menos formación.

Según cifras de la Casa Blanca, en la actualidad 65% de los permisos de residencia que se otorgan cada año en Estados Unidos obedecen a la existencia de vínculos familiares. Lo que en la última década ha significado el ingreso de 9.3 millones de personas por esta vía.

En contraste, uno de cada 15 inmigrantes que reciben la green card fue admitido en el país en función de sus habilidades.

“Es una política en la cual se deja entrar a nuestro país a la gente equivocada y se rechaza a la gente correcta”, dijo Trump para referirse a este fenómeno durante su discurso de presentación de la NSS.

Desde hace varios meses, el mandatario estadounidense ha expresado su deseo que contar con un sistema migratorio basado en “méritos”, más parecido al canadiense, en el cual los permisos de residencia se entregan prioritariamente en función de la formación y de las habilidades profesionales del potencial inmigrante.

Según la Casa Blanca, más de la mitad de todos los hogares encabezados por un inmigrante se benefician de uno o más programas de ayudas sociales.

El fisco estadounidense, aseguran citando un estudio cuya autoría no identifican, gasta unos US$300 mil millones al año por causa de la actual política migratoria.

Beneficios intangibles

Pero los defensores de la reunificación familiar aseguran que esta trae consigo una serie de beneficios tangibles e intangibles para la sociedad de acogida.

“La inmigración basada en los vínculos familiares tiene un impacto positivo en el desarrollo de negocios y en el mejoramiento de las comunidades”, señala en un análisis sobre este mecanismo publicado en su página web el Consejo de Inmigración Estadounidense (AIC, en inglés).

“Evidencia hallada en estudios de caso indica que la inmigración de familias extendidas y las comunidades de inmigrantes estrechamente unidas facilitan la asimilación económica de los nuevos inmigrantes y promueven la inversión en capital humano en Estados Unidos así como la formación de negocios”, agrega.

En ese sentido, la AIC asegura que quienes han ingresado con visa de reunificación familiar como hermanos de ciudadanos estadounidenses registran una elevada tasa de autoempleo y un aumento de sus ingresos más alto que el del resto de los inmigrantes por vínculos familiares.

Pero la inmigración por razones familiares también trae consigo, según la AIC, otros beneficios menos visibles como, por ejemplo, la contribución de las mujeres que efectúan trabajo no remunerado en el hogar.

“Las mujeres inmigrantes que realizan su trabajo en el hogar ayudan a mantener a la actual fuerza laboral, a formar a la fuerza laboral del futuro y a cuidar de los ancianos y los enfermos, por lo que juegan un papel crítico para el bienestar del hogar”, apunta la organización.

Advierte de que pese a que estos trabajos no son incluidos usualmente en las estadísticas económicas su contribución representa una parte importante del Producto Interior Bruto.

“La inmigración por vínculos familiares y la basada en habilidades profesionales no deberían ser vistas como mutuamente excluyentes”, aseguran.

“De hecho, si se adoptara una política de admisión menos favorable para las familias, Estados Unidos podría convertirse en un país menos atractivo para los inmigrantes altamente capacitados, quienes también tienen familias”.

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