La reelección dio vía libre a la revolución que el mandatario encabeza desde 1999 para alcanzar las dos décadas de vida, pero el cáncer volvió a teñirlo todo de duda cuando el 8 de diciembre Chávez reconoció la reaparición de la enfermedad y planteó la posibilidad de apartarse del poder.
Chávez anunció ese día que se sometería en Cuba, país al que ha confiado su tratamiento, a una cirugía “impostergable“, la cuarta a lo largo de su lucha contra el cáncer, que ha incluido sesiones de quimio y radioterapia y del que aún no se sabe ni tipo ni ubicación exacta.
Habló por primera vez sobre la posibilidad de que su condición lo aparte del poder y designó como su sucesor político al vicepresidente y canciller, Nicolás Maduro, en caso de que sea necesario convocar a nuevas elecciones.