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De este modo, representantes del régimen norcoreano contactaron hoy al Sur a través de una de las dos líneas telefónicas que existen en la frontera por primera vez desde febrero de 2016, confirmó a Efe una portavoz del Ministerio de Unificación.
Pyongyang llevaba desde entonces sin utilizar estas líneas en protesta por el cierre del complejo industrial intercoreano de Kaesong, que implementó el anterior Ejecutivo surcoreano como castigo por las pruebas de desarrollo armamentístico de su vecino del Norte.
La decisión norcoreana de hoy llega a su vez un día después de que Seúl propusiera una reunión de alto nivel el 9 de enero para tratar la posible participación de Pyongyang en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang a raíz de la voluntad de acercamiento mostrada por Kim Jong-un en su alocución del 1 de enero.
El Ministerio de Unificación no quiso hacer público el contenido del intercambio mantenido hoy entre representantes de Norte y Sur, aunque Ri explicó en el mensaje radiofónico que el contacto sería “estrecho y sincero” y que se hablaría sobre el “potencial envío” de una delegación norcoreana a los JJOO de Invierno, que se celebran en el condado surcoreano de PyeongChang del 9 al 25 febrero.
Ri, que encabeza desde noviembre el llamado Comité para la Reunificación Pacífica de Corea, también aseguró que el líder norcoreano “ha agradecido y recibido positivamente” el apoyo mostrado por el presidente surcoreano, Moon Jae-in, a la oferta de acercamiento de Año Nuevo.
No obstante, Ri no especificó si el Norte aceptará o no la oferta de mantener una reunión de alto nivel el 9 de enero o si las conversaciones por el momento se limitarán a la línea de comunicación telefónica.
En cualquier caso, en Seúl, el portavoz del presidente Moon, Yoon Young-chan, celebró la noticia asegurando en un breve comunicado remitido a los medios que la decisión norcoreana “muestra un avance hacia una situación en la que la comunicación (entre los dos países) sea posible en todo momento”.
En caso de producirse el encuentro de alto nivel, sería el primero de este tipo en más de dos años entre los dos países, que se mantienen en guerra desde hace más de 65 años, y llegaría tras un año de especial tensión por las insistentes pruebas armamentísticas de Pyongyang.
El presidente surcoreano ha tratado desde su llegada al poder el pasado mayo de lograr un acercamiento al régimen a través del diálogo y ha insistido en que Pyongyang participe en los Juegos, ofertas que habían sido ignoradas por el Norte hasta el discurso de Kim del pasado lunes.
Se desconoce también si Pyongyang tiene intención de incluir en su delegación para PyeongChang a árbitros y a atletas, algo que sí hizo en los Juegos Asiáticos celebrados en la ciudad surcoreana de Incheon en 2014.
Los únicos deportistas norcoreanos clasificados para PyeongChang son los patinadores artísticos Ryom Tae-ok y Kim Ju-ik y, aunque Corea del Norte se saltó el plazo para inscribir a estos atletas en los JJOO, tanto la pareja como otros deportistas norcoreanos aún podrían asistir si el COI les otorga una invitación para hacerlo.
El gesto de Pyongyang de hoy contribuye a rebajar la tensión regional, que se disparó en 2017 ante los repetidos ensayos de armas norcoreanos y la retórica beligerante con la que respondió el presidente estadounidense, Donald Trump.
Aún así, Kim advirtió a Washington en su mensaje de Año Nuevo de que cuenta con “un botón nuclear” en su escritorio y que el hermético país seguirá adelante con su programa de desarrollo atómico para mantener un elemento que disuada a EEUU de realizar una invasión.
El propio Trump respondió hoy a Kim en la red social Twitter con su habitual tono poco conciliador.
“Kim Jong-un ha dicho que el botón nuclear está siempre en su escritorio. ¿Podría alguien de su hambriento y mermado régimen decirle que yo también tengo un botón, pero que el mío es mucho más grande y más poderoso que el suyo, y que funciona?”, escribió Trump.