Tras una audiencia este miércoles en la localidad de Ensenada, donde fueron encontrados los cadáveres el pasado viernes, la fiscalía anunció que presentará cargos contra Jesús Gerardo “N”, alias “El Kekas”, por el homicidio de los hermanos australianos Jake y Callum Robinson y su amigo estadounidense Jack Carter.
El sospechoso fue detenido horas después del crimen de los surfistas, que desaparecieron el pasado 27 de abril cuando acampaban en una zona apartada de Santo Tomás, un balneario del Pacífico perteneciente a Ensenada.
La fiscalía ha dicho que está reuniendo pruebas para acusar a otras dos personas presuntamente involucradas, que de momento permanecen presas por posesión de metanfetaminas.
Según el organismo, el móvil del asesinato fue el robo de una camioneta de los surfistas, quienes habrían sido sorprendidos por los delincuentes cuando estaban acampando y recibieron disparos en la cabeza.
Las pesquisas han sido apoyadas por la policía federal estadounidense (FBI).
Jesús Gerardo “N” será procesado por “desaparición cometida por particulares” y, “en relación al homicidio, la fiscalía también presentará cargos penales correspondientes”, detalló la institución en un comunicado.
Con el “corazón roto”
Los cuerpos de los hermanos Jake y Callum Robinson, de 30 y 33 años respectivamente, y de su amigo estadounidense (30), fueron encontrados en un pozo de unos 15 metros de profundidad.
El martes, el servicio médico forense de Ensenada entregó los cuerpos a una funeraria que se encargará de su traslado a Estados Unidos, donde se encuentran las familias de las víctimas, que habían viajado a México desde Estados Unidos para practicar surf.
Desde la ciudad de San Diego, en su primera declaración pública sobre la tragedia, Debra y Martin Robinson afirmaron el martes tener el “corazón roto” por la muerte de sus hijos.
“El mundo se ha vuelto un lugar más oscuro para nosotros”, afirmó la pareja visiblemente destrozada.
Los padres también agradecieron “el abrumador apoyo” recibido desde la noticia de su desaparición.
“Ahora es hora de llevarlos a casa, con su familia y sus amigos y las olas del océano en Australia”, expresó la madre antes de romper en llanto.
El caso causó conmoción en Australia, cuyo gobierno calificó de “absolutamente espantosa” la situación.
El gobierno mexicano también expresó sus condolencias a las familias de las jóvenes, que según la fiscalía ya habían visitado México en varias oportunidades sin que reportaran incidentes.
Dos compatriotas suyos, Dean Lucas y Adam Coleman, también surfistas, fueron asesinados y sus cuerpos incinerados en noviembre de 2015 cuando viajaban por el estado mexicano de Sinaloa (noroeste).
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