Beltrán Leyva y seis de sus sicarios murieron en un exclusivo barrio residencial de Cuernavaca, capital de Morelos, tras una intensa balacera en la que salieron a relucir granadas de fragmentación.
Arturo, el mayor de los Beltrán Leyva, originarios de Sinaloa —el estado considerado cuna de los principales narcotraficantes del país—, comandaba el cartel que lleva el nombre de esa familia y que se constituyó en el 2008 después de la captura en enero de ese año de Alfredo el Mochomo Beltrán Leyva.
Los Beltrán Leyva eran parte del poderoso cartel de Sinaloa, comandado por Joaquín el Chapo Guzmán, pero, según fuentes de Inteligencia, se escindieron de este grupo porque consideraron que la captura de el Mochomo se debió a una traición del capo sinaloense, contra el que iniciaron una guerra a muerte y mataron a uno de sus hijos en un ataque con lanzagranadas a un centro comercial en Culiacán, capital de Sinaloa.
Esas traiciones y muertes atizaron la rivalidad entre el Chapo Guzmán y los Beltrán Leyva, quienes se pasaron al cartel del Golfo, acérrimo enemigo del primero.
En tres años, la violencia atribuida al crimen organizado, en particular al narcotráfico, suma 16 mil muertes, en especial de sicarios y capos de los seis grandes carteles que operan en México: El Golfo-Zetas, Sinaloa, Los Beltrán Leyva, los hermanos Arellano Félix, los Carrillo Fuentes y La Familia Michoacana.
Recompensa millonaria
Arturo Beltrán Leyva, alias el Barbas, era uno de los capos más buscados en México y por cuya captura la Fiscalía mexicana ofrecía US$2.3 millones. Este hombre encabezaba el cartel, cuyo liderazgo compartía con otro de sus hermanos, Mario Alberto Beltrán, y con el sanguinario Édgar Valdez, alias la Barbie.
Al capo fallecido se le atribuyen este año la muerte de decenas de personas en los estados de Guerrero y Morelos, en cuyos cuerpos fueron dejados mensajes que indicaban que había sido obra de “El jefe de jefes”, pero la versión no fue confirmada en forma oficial.
Además de sanguinarios, los Beltrán Leyva ejercieron su poder corruptor para infiltrar a los cuerpos anticrimen organizado y llegaron hasta su cabeza, el zar antidrogas en los dos primeros años del actual gobierno (2006-2012), Noe Ramírez Mandujano.
La detención de Ramírez Mandujano se produjo en la llamada “Operación Limpieza”, que en los últimos meses ha dado como resultado la captura de varios altos funcionarios federales presuntamente aliados con narcos, sobre todo con los Beltrán Leyva.
EFE
Mando Habrá relevo
El analista en asuntos del narcotráfico, José Reveles, no descarta que el mando sea asumido por Édgar Valdéz, apodado la Barbie, operador financiero de la organización, conocido por su línea violenta y que consiguió escapar al operativo del miércoles último.