Internacional

Poder de bandas centroamericanas se consolida en EE. UU.

Desde el 2003 cientos de integrantes de maras centroamericanas han sido acusados de participar en asesinatos, intentos de homicidio y asaltos en Nueva York.

Abraham Chaparro sostiene la fotografía de su hijastro, Miguel García Morán, quien habría sido asesinado por integrantes de pandillas centroamericanas. (Foto Prensa Libre: AP).

Abraham Chaparro sostiene la fotografía de su hijastro, Miguel García Morán, quien habría sido asesinado por integrantes de pandillas centroamericanas. (Foto Prensa Libre: AP).

Amaba el fútbol y tenía una noviecita en cada esquina. A Miguel García le gustaba además su escuela en Brentwood, un suburbio a 64 kilómetros de Manhattan. Los huesos del adolescente ecuatoriano de 15 años fueron descubiertos la semana pasada cerca de las vías del tren, siete meses después de haber desaparecido.       

“Han sido meses muy duros, demasiado. Estamos muy tristes, muy adoloridos”, dijo Abraham Chaparro, padrastro del joven.       

García es uno de los cuatro estudiantes -al menos tres de ellos hispanos- que acudían a la misma escuela y que han sido asesinados en los últimos meses en este suburbio de casas con jardín ubicado a una hora y media en automóvil de los lujosos Hamptons, donde celebridades y neoyorquinos disfrutan de sus veranos.       

La policía informó que sospecha que los autores del crimen forman parte de las violentas pandillas MS-13, o Mara Salvatrucha, comunes en El Salvador y que se calcula han matado al menos a 30 personas en Long Island desde el 2010.       

Los asesinatos perpetrados por la MS-13 han estremecido durante años la zona, donde se concentra la comunidad centroamericana de Nueva York y adonde han ido a parar muchos menores de Honduras y El Salvador que cruzaron ilegalmente la frontera con Estados Unidos en el 2014 y el 2015 huyendo precisamente de la violencia en sus países natales.     

“No me importa a qué grupos pertenecen, pero dejen a los niños tranquilos. Mi esposa está destrozada. Ella se cayó aquí en el piso de llanto, no podía ni hablar”, Abraham Chaparro, puertorriqueño.

 

“Tenemos miedo”, dijo Karen Umanzor, una salvadoreña de 20 años que estudia en la escuela pública superior de Brentwood a la que concurría García.

“Nos han dicho que cuando salgamos de clase deberíamos ir a casa, que no deberíamos quedarnos por la calle”.       

Las noticias sobre las maras saltaron a las portadas de los diarios a mediados de septiembre cuando los cuerpos de Nisa Mickens y Kayla Cuevas, de 15 y 16 años, fueron descubiertos en las calles de Brentwood, uno cerca del otro. Ambas habían sido apaleadas hasta morir y sus cuerpos mutilados.       

Unos días atrás los restos de un cuarto estudiante, Óscar Acosta, de 19 años, fueron descubiertos cerca de los de García.

Acosta había desaparecido en mayo. Todos los jóvenes iban a la misma escuela.        

“Lo que ocurre aquí es que están asesinado niños”, dijo Chaparro.      

“No me importa a qué grupos pertenecen, pero dejen a los niños tranquilos. Mi esposa está destrozada. Ella se cayó aquí en el piso de llanto, no podía ni hablar”, agregó el puertorriqueño en referencia al día en que la policía les informó que los huesos de su hijastro habían sido encontrados.       

Un policía dijo que se sospecha que los asesinatos fueron cometidos por la MS-13 aunque no habido ningún arresto.

El agente, que habló en condición de anonimato porque no está autorizado a dar información sobre la investigación, admitió que ha habido un aumento de los asesinatos cometidos por pandillas.       

“Pero siempre hemos tenido estos malos grupos operando en la zona”, señaló.       

Por su parte el comisionado de la policía del condado de Suffolk, Timothy Sini, dijo que “un conocido y violento pandillero” está bajo custodia federal pero se desconoce si su arresto se debe a los cuatro asesinatos.       

Los crímenes han conmocionado a la comunidad escolar de la zona.

La administración de la escuela en Brentwood envió recientemente una carta a los padres pidiendo que sus hijos “no lleven ropa que podría ser considerada como perteneciente a una pandilla”.      

Alexis Portillo, de 16 años, dijo haberse quedado intranquilo con las noticias de los asesinatos. ¿Quién va a ser el siguiente?, pregunta.      

En El Salvador, considerado uno de los países más violentos del mundo, las pandillas están integradas por más de 70 mil jóvenes y adolescentes.

Más de 13 mil están presos y sus cabecillas han sido enviados a una cárcel de máxima seguridad, donde están completamente incomunicados con el exterior.


Las autoridades federales estadounidenses han descrito a la MS-13 como “la pandilla más grande y violenta de Long Island”.

Desde el 2003 cientos de integrantes de las maras han sido acusados de participar en asesinatos, intentos de homicidio y asaltos en la corte del distrito este de Nueva York.

El grupo cuenta con muchos subgrupos como el Brentwood Locos Salvatruchas o BLS.      

Monique Darrisaw-Akil, una de las encargadas de la educación secundaria en el distrito, dijo que 80% de los estudiantes son hispanos y que ahora hay más presencia policial en la escuela y se ofrece apoyo psicológico a quien lo necesite.       

“Sabemos que hay estudiantes que a veces se involucran en cosas que no les benefician o que no benefician a la comunidad escolar, así que intentamos tomar cartas en el asunto y ofrecer ayuda”, dijo Darrisaw-Akil.       

En El Salvador, considerado uno de los países más violentos del mundo, las pandillas establecidas en populosos barrios están integradas por más de 70 mil jóvenes y adolescentes.

Más de 13 mil están presos y sus cabecillas han sido enviados a una cárcel de máxima seguridad, donde están completamente incomunicados con el exterior. 

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