El autobús con 37 solicitantes de asilo fue enviado desde Brownsville (Texas) el domingo 20 de agosto y llegó la noche del lunes 21 al centro de Los Ángeles, cuando el sur de California experimentaba los estragos de la tormenta tropical Hilary.
“Está muy mal poner en peligro las vidas de migrantes vulnerables enviando un autobús con familias y niños pequeños a bordo a una ciudad que en ese momento estaba bajo una advertencia de tormenta tropical sin precedentes”, dijo Bass en un comunicado.
La alcaldesa demócrata arremetió contra el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, resaltando que él conoce el peligro que representan los huracanes y las tormentas. “Este es un acto despreciable más allá de la política”, declaró.
Los Ángeles ha recibido más de 350 solicitantes de asilo como parte de la política adoptada por Abbott en abril de 2022 de trasladar migrantes desde la frontera a ciudades y estados demócratas, en protesta contra la política migratoria del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El autobús, el noveno enviado desde Texas a Los Ángeles, traía 14 familias, una de ellas con un bebé de tres semanas. La mayoría de los migrantes (20) provenían de Venezuela, y también había familias de Guatemala, México, Belice, Honduras y Ecuador.
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Organizaciones defensoras de los inmigrantes integrantes de L.A. Welcomes Collective, creado para dar la bienvenida y ayudar a las familias inmigrantes, criticaron las acciones de Abbott.
Angélica Salas, directora de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), dijo en un comunicado que el envío de este autobús en especial es una “muestra total de falta de humanidad y sentido común”.
Por su parte, Lindsay Toczylowski, directora ejecutiva del Immigrant Defenders Law Center, advirtió que, en contraste con lo hecho por Abbott, Los Ángeles está listo para dar la bienvenida a estas familias y brindarles información legal y apoyo. “Continuaremos recibiendo a estas familias con compasión y dignidad”, aseveró.
Líderes del Centro de Recursos de Centroamérica (Carecen), el Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de Esperanza y la Arquidiócesis de Los Ángeles, entre otros, criticaron el envío de los inmigrantes justo cuando el Centro Nacional de Huracanes (NHC) había lanzado una alerta por la llegada de Hilary con la posibilidad de “catastróficas inundaciones”, especialmente en el sur del estado.
Hilary tocó tierra en California el domingo 20 de agosto en la tarde y dejó récords de lluvia, inundaciones y ríos de lodo que bloquearon vías importantes como la carretera Interestatal 10, que conecta a California con el este del país y es paso casi obligado de los vehículos que vienen de Texas.
El autobús se vio obligado a tomar un camino cercano a la frontera con México para poder llegar a Los Ángeles, según dijeron fuentes a EFE.
El martes 22, Abbott declaró emergencia en Texas para enfrentar la llegada de la tormenta tropical Harold, formada durante la noche en el Golfo de México y que avanza sobre el estado.