La acción diferida para niños que llegaron a Estados Unidos ilegalmente antes de cumplir 16 años en el 2007 (conocida como DACA) entró en vigor en el 2012 y ha beneficiado a más de 800 mil jóvenes inmigrantes, protegiéndolos del peligro de ser deportados.
El Departamento de Defensa ordenó el año pasado al Ejército comenzar a aceptar a los “soñadores” , como se conoce a estos inmigrantes que se han educado y crecido en Estados Unidos, pero el progreso había sido especialmente lento en un comienzo.
El número de “soñadores” se ha disparado en este año fiscal y, según detalló la teniente coronel Gabrielle Hermes, era de 136 nuevos ingresos hasta abril recién pasado.
Los “soñadores” pueden ingresar en las Fuerzas Armadas a través del “programa MAVNI” (Acceso Militar de Interés Nacional Vital) , que estaba originalmente diseñado para aceptar la incorporación de soldados con entrenamiento médico especial o que aportan conocimientos en idiomas específicos, como el chino y el árabe.
El congresista demócrata Rubén Gallego ha sido uno de los que más se ha esforzado por lograr que los presupuestos de Defensa incluyan mecanismos para acelerar la incorporación de “soñadores” a las Fuerzas Armadas, por beneficiar el interés nacional, aunque los números siguen siendo mínimos.
Congresistas republicanos del ultraconservador “Freedom Caucus” presentaron la semana pasada una propuesta para, no solo detener la expansión de la aceptación de “soñadores” al Ejército, sino también para detenerla por completo, por considerarla una “amnistía por la puerta trasera” .
Los “soñadores” que han servido en las Fuerzas Armadas tienen preferencia para obtener la nacionalidad estadounidense, como los cerca de 8.000 extranjeros naturalizados en el 2015 al pasar por la vida militar, según datos del Departamento de Seguridad Nacional.