De no aprobarse una medida sobre el gasto federal, se producirá el “cierre” del Gobierno, que ya no tendrá crédito y deberá licenciar a cientos de miles de funcionarios, como ya pasó durante tres días en enero.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, y su contraparte demócrata, Chuck Schumer, alcanzaron el miércoles un acuerdo que eleva los topes presupuestarios para 2018 y 2019.
El compromiso pone fin a la financiación a corto plazo que se ha vuelto la norma y que ha impedido que el Gobierno planifique el gasto y las inversiones de largo aliento.
El acuerdo permite al presidente Donald Trump cumplir una de sus promesas de campaña: la expansión del presupuesto militar. Este compromiso es “muy importante” para los militares. “¡Los republicanos y los demócratas deben apoyar a nuestras tropas y apoyar este proyecto de ley!”, tuiteó.
La oposición demócrata logró por su parte un aumento comparable en rubros no militares, como la lucha contra la adicción a los opiáceos, el seguro de salud para niños pobres, las inversiones en infraestructura, y US$90 mil millones para los estados devastados por desastres naturales el año pasado.
En total, el alza del presupuesto podría ser de US300 mil millones, según fuentes del Senado.
Deuda y DACA, dos obstáculos
Los republicanos creen que la iniciativa aumentará significativamente la deuda pública, cuando la reforma impositiva aprobada en diciembre ha generado una masiva caída de impuestos.
“Aún no lo he decidido”, dijo a CNN el representante Ted Yoho, miembro de la derecha radical. “¿Nos estamos ocupando de lo inmediato, o estamos mirando a largo plazo?”, se preguntó.
El mandatario le dio al Congreso hasta el 5 de marzo para legislar. El tema, que se ha convertido en la piedra en el zapato del debate presupuestario, forzó el “shutdown” de enero.
La jefa de la bancada demócrata en la Cámara baja, Nancy Pelosi, advirtió de que votaría en contra del acuerdo bipartidista si el tema de la inmigración no se incluía en la agenda.