Él mismo dio esa identidad -no llevaba documentación- tras quedar en poder de la policía francesa en la estación de Arras, ciudad del norte del país adonde fue desviado el tren tras el ataque.
A primera hora de la tarde local, el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, había indicado que en ese momento la identificación no era formal, pero implícitamente lo daba por hecho.
El hombre estaba desde el 2014 en los registros de la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI, servicios secretos franceses) con una ficha “S” de personas potencialmente vinculadas con grupos terroristas porque en febrero de ese año España les había informado de su deriva integrista y de que era susceptible de ir a Francia.
Cazeneuve explicó que está demostrado que el joven marroquí, al que calificó de “terrorista” , estuvo viviendo en España en el 2014 y que en el 2015 estaba en Bélgica.
Pero no quiso referirse a otras informaciones que apuntan a que recientemente había pasado por Francia o que había viajado a Siria.