“Quisiera pedir que la publicidad previa al juicio no incluya declaraciones de las familias de las partes, sus amigos o funcionarios electos”, dijo el magistrado Peter Cahill, durante una audiencia en Minneapolis, norte de Estados Unidos.
Vestido con un traje naranja de prisionero, con su cara cubierta por una máscara, el exagente Derek Chauvin compareció por video desde la prisión de alta seguridad donde ha estado detenido el último mes.
Este hombre blanco de 44 años está acusado de asesinato por asfixiar a Floyd, un hombre negro de 46 años, arrodillándose sobre su cuello durante varios minutos.
Sus tres excolegas Alexander Kueng, Thomas Lane y Tou Thao, acusados de complicidad en el asesinato, comparecieron en persona ante el juez. Los dos primeros fueron liberados bajo fianza de US$ 750 mil, el último sigue en prisión pero fue transferido a la corte para esta audiencia.
Los cuatro, todos despedidos de la policía, se enfrentan a penas de hasta 40 años de prisión.
En un documento enviado después de la audiencia, el abogado de Alexander Kueng dijo que su cliente tenía la intención de declararse “inocente” y argumentar que había hecho “uso razonable de la fuerza” en su defensa.
Los cuatro oficiales participaron en el arresto el 25 de mayo de Floyd, sospechoso de haber intentado comprar un paquete de cigarrillos con un billete falso de US$20 en una pequeña tienda en Minneapolis.
Floyd, un hombre corpulento, fue esposado y acostado en el suelo, donde Chauvin le puso la rodilla en el cuello para mantenerlo inmóvil.
“No puedo respirar”, dijo varias veces Floyd antes de perder el conocimiento. Pero a pesar de sus súplicas y de las intervenciones de los transeúntes, Chauvin continuó ejerciendo presión sobre el cuello de Floyd por casi 8 minutos, según el acta de acusación.
Gran interés público
El drama, cuyas imágenes capturadas por un transeúnte se volvieron virales, provocó una ola de protestas sin precedentes desde las grandes marchas por los derechos civiles de la década de 1960, que incluso trascendieron las fronteras estadounidenses.
En la audiencia, el abogado de Chauvin se quejó de que muchos funcionarios incluido el alcalde de Minneapolis e incluso el presidente Donald Trump comentaron el caso.
“Este es un caso de gran interés público, pero si estas declaraciones continúan pediré a los tribunales que las prohíban”, amenazó Eric Nelson.
El juez Cahill, que había prohibido las cámaras en la sala, también mostró su interés de que el caso se juzgara en el tribunal y no en los medios de comunicación. De lo contrario, el juicio tendrá que ser trasladado fuera del condado de Hennepin, dijo.
El fiscal Matthew Frank dijo que se unía al pedido de un “juicio justo” y se comprometió a recomendar a la familia, a los funcionarios electos y a los investigadores encargados del caso que se abstuvieran de hacer comentarios públicos sobre el mismo en el futuro. Pero “no puedo obligarlos a hacerlo”, reconoció.
Al mismo tiempo, fuera del tribunal, un tío de Floyd, deseó que el juicio se celebrara en Minnesota.
“No estoy enfadado con nadie”, dijo a la prensa Selwyn Jones, que llegó desde Dakota del Sur para presenciar la audiencia.
Pero para el tío de la víctima, el juicio “no será justo”, si tiene lugar en este estado donde la población negra es minoritaria.
La próxima audiencia se fijó para el 11 de septiembre.