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Las claves de la investigación contra Andrew Cuomo por acoso sexual

El reporte emitido el 3 de agosto pasado por la fiscala general del Estado de Nueva York, Laetitia James, podría dificultar la permanencia del gobernador en el cargo.

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El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. (Foto Prensa Libre: AFP)

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. (Foto Prensa Libre: AFP)

El futuro de Andrew M. Cuomo como gobernador de Nueva York está en vilo luego de que la fiscala general del estado emitió el 3 de agosto un reporte que encontró que había acosado sexualmente a 11 mujeres, entre ellas nueve empleadas actuales y pasadas, lo que constituye una violación de a ley estatal y federal.

Aquí hay algunas claves del reporte y un vistazo al modo en que los hallazgos pueden determinar el futuro de Cuomo.

Los investigadores describen tres acusaciones que no se habían reportado antes

El informe, de 165 páginas, emitido por la fiscala general del estado de Nueva York, Laetitia James, aportó evidencias que corroboran las acusaciones de ocho de las mujeres cuyas historias ya se conocían, la mayoría de ellas son o fueron empleadas del estado. Pero también detalla tres relatos de acoso sexual del gobernador que no se habían reportado previamente.

En uno de los casos, se dijo que Cuomo habría acosado a una policía estatal no identificada a la que personalmente buscó para contratarla y que integrara su equipo de protección. Dijo que, entre otros incidentes, le había pasado la mano por el vientre cuando ella le abrió la puerta en un evento; le recorrió la espalda con los dedos en un ascensor y le preguntó por qué no llevaba vestido.

En otro incidente, se dijo que el gobernador recorrió el pecho de Virginia Limmiatis, una empleada de la empresa de energía, utilizando dos dedos y luego rozó con su mano la zona debajo del cuello de ella. En la última de las acusaciones que previamente no se habían reportado, se dice que el gobernador agarró el trasero de una empleada de una entidad afiliada al estado de Nueva York.

En una declaración hecha en un video previamente grabado, Cuomo no se refirió a las nuevas acusaciones y negó la mayoría de los hallazgos del informe. Reiteró su aseveración de que jamás había tocado a nadie de manera inapropiada. Rita Glavin, abogada de Cuomo dijo que el reporte era “injusto” e “impreciso”.

“Los investigadores han llevado a cabo una investigación completamente sesgada y han ignorado a propósito evidencia inconsistente con el relato que intentaron tejer”, dijo en una respuesta por escrito.

El gobernador está solo

Al surgir la primera ola de acusaciones contra el gobernador, un coro de políticos demócratas pidieron su salida. Pero algunos de sus partidarios más cercanos evitar emitir juicios, entre ellos el más influyente: el presidente Joe Biden.

Antes de ocupar la presidencia, Biden fue uno de los aliados más confiables de Cuomo. En eventos para la prensa, a menudo halagaba el trabajo de infraestructura del gobernador. Cuomo fue uno de los primeros en apoyar la campaña presidencial de Biden. El gobernador asistió al velorio del hijo de Biden, Beau, y el presidente acudió al del padre de Cuomo, Mario.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, también había evitado unirse al coro inicial de pedidos de renuncia.

La familia de Cuomo tiene vínculos con Pelosi desde por lo menos 1980, cuando ella y Mario Cuomo hicieron un recorrido de Italia después un terremoto que mató a miles en aquel país. En 1984, Pelosi presidió la Convención Nacional Demócrata en San Francisco, en la que Mario Cuomo dio su famoso discurso “Historia de dos ciudades”.

El martes 3 de agosto, tanto Pelosi como Biden rompieron con Cuomo y le pidieron que renuncie.

Cuomo no parece muy inclinado a renunciar al poder voluntariamente. Pero es difícil gobernar sin aliados.

Y para la noche de ese día, a Cuomo le quedaban pocos seguidores, excepto los empleados por él. Ambos líderes de la Legislatura estatal lo instaron a renunciar. Lo mismo hicieron todos los miembros de la delegación demócrata del Congreso de Nueva York.

“No tiene socios en ningún nivel de gobierno, incluido el primer demócrata de la nación”, dijo el asambleísta Ron Kim, uno de los primeros demócratas en exigir la renuncia de Cuomo. “Ahora lo que tenemos es un ejecutivo cuya preocupación principal es salvarse a sí mismo”.

Una investigación penal

El informe puede dejar a Cuomo expuesto a cargos criminales, algo que saltó a la vista por la revelación de que el fiscal de distrito del condado de Albany estaba llevando a cabo una investigación penal sobre las acusaciones.

En un comunicado el 3 de agosto, el fiscal de distrito, David Soares, dijo que su despacho revisaba el reporte de la fiscala general en relación con “una investigación penal en curso”, y que había solicitado materiales de investigación a la oficina de James. También alentó a las víctimas a contactar con su despacho directamente.

No está claro cuándo inició Soares su investigación ni sobre cuál comportamiento estaba indagando. Una vocera de su oficina, Cecilia Walsh, solo dijo que la oficina estaba investigando “cualquier denuncia que pueda llegar al nivel de conducta criminal”.

Además, los cargos penales por acoso sexual requieren un alto estándar de pruebas que puede ser difícil que los fiscales presenten.

Pero la posibilidad de uno o varios cargos en su contra, además de las demandas civiles que Cuomo podría enfrentar por los detalles del reporte, ciertamente complican la postulación del gobernador para reelegirse el próximo año y pueden poner en riesgo su capacidad para gobernar.

Ataque contra las víctimas y los investigadores

La investigación también detalló un esfuerzo desesperado de Cuomo y su equipo para dar a conocer información dañina sobre las mujeres que lo acusaron de acoso sexual, así como de los abogados que investigaban las acusaciones.

El mismo día en que Lindsey Boylan se convirtió en la primera persona en hacer pública su historia en diciembre pasado, los colaboradores de Cuomo enviaron a reporteros copias de documentos confidenciales de su archivo de recursos humanos que mostraban que sus colegas se habían quejado de su comportamiento, según la investigación.

Un alto asesor, Richard Azzopardi, censuró personalmente los documentos con corrector líquido antes de enviarlos a los periodistas.

Más tarde Cuomo redactó una columna de opinión que atacaba a Boylan en la que citaba, según él, sus interacciones con otros hombres. Al final decidió no publicar el artículo.

Los asesores principales del gobernador incluso presionaron a los exempleados para que grabaran en secreto las llamadas telefónicas con Boylan y otra de las acusadoras, identificada en el informe como Kaitlin, “potencialmente con la esperanza de obtener información adicional para usar en contra de cualquier mujer que decidiera hablar”, encontró la investigación.

“Creo que eso no salió bien”, dijo de ese esfuerzo Melissa DeRosa, la principal ayudante del gobernador, siempre según el informe.

Cuomo y sus aliados no solo se enfocaron en las mujeres que lo acusaron de acosarlas, también fueron tras los investigadores.

El 16 de marzo, Steven Cohen, excolaborador cercano del gobernador, envió un mensaje de texto a otro excolaborador diciendo que se le pedía difundir investigación dañina sobre Joon Kim, uno de los abogados que dirigían la indagatoria sobre Cuomo.

En su entrevista con investigadores, Cohen dijo que no recordaba que se le hubiera pedido hacer un informe de ese tipo. Sin embargo, en las semanas previas, los aliados de Cuomo atacaron regularmente a Kim diciendo que estaba sesgado.

Atención a Carl Heastie

Ya que Cuomo se resiste a los llamados de renuncia de los tres principales demócratas del país, así como de todos los integrantes demócratas de la delegación del Congreso de Nueva York, queda una vía para destituir al gobernador de su cargo: el juicio político.

Eso pone la pelota directamente en la cancha del presidente de la Asamblea, Carl E. Heastie, cuyo cuerpo legislativo está facultado para iniciar el proceso de destitución.

El 3 de agosto, Heastie se reunió con miembros de la Asamblea, que parecían prácticamente unidos en el deseo de avanzar con la impugnación.

Antes de la publicación del informe, la Asamblea había estado realizando una investigación para determinar si el juicio político era el siguiente paso apropiado.

La noche de ese día, Heastie pedía la renuncia de Cuomo y prometía concluir la investigación para el juicio político “lo más pronto posible”.

Esto sugiere que el juicio político puede, de hecho, estar en el panorama.

Ahora sería “imposible”, que la Asamblea hiciera algo distinto al proceso de destitución, según Amy Paulin, asambleísta por Westchester.

“El gobernador debe renunciar y si no lo hace, en la Asamblea debemos avanzar con los procedimientos del juicio político”, dijo Paulin.

Pero según una persona familiarizada con el proceso, terminar la investigación en curso podría tomar hasta un mes. Para entonces, el impulso de destituir a Cuomo podría haberse disipado.

J. David Goodman y Nicholas Fandos colaboraron con reportería.

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