A causa de un tatuaje que el cliente le vio a Summi le preguntó si tenía mascotas, a lo que ella contó la historia de su perro Tucker.
El perro está muy enfermo debido a que se tragó una bola de plástico y necesitaba una cirugía que rondaba los US$ 2 mil 700.
Minutos después, Summit regresó a la mesa de la pareja para cobrar los US$80 que había consumido la pareja. Sin embargo encontró algo impresionante en la factura: US$1 mil de propina.
Después de asimilar la noticia sobre la gratitud de ese hombre, la mujer se le acercó para decirle que no la podía aceptar, a lo que el buen samaritano le respondió: ‘Vamos a estar orando por Tucker’“.