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Los teléfonos inteligentes ganaron, así que podemos ignorarlos

La obtención de un nuevo modelo de cualquier dispositiivo movil de forma recurrente ha dejado de ser novedoso y se ha vuelto en algo cotidiano.

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Los teléfonos inteligentes ya son algo cotidiano y están al alcance de todos, lo que significa que podemos ignorar el alboroto en torno a los nuevos modelos. (Ruru Kuo/The New York Times).

Los teléfonos inteligentes ya son algo cotidiano y están al alcance de todos, lo que significa que podemos ignorar el alboroto en torno a los nuevos modelos. (Ruru Kuo/The New York Times).

Estamos en esa época del año en la que compañías como Apple y Samsung intentan que estemos muy emocionados por sus nuevos modelos de teléfonos. Te autorizo a que los ignores por completo.

A algunas personas les emocionan las mejoras más recientes en las cámaras de los teléfonos y los diseños remodelados. ¡Es divertido! O quizás has estado esperando ansiosamente deshacerte de tu viejo teléfono defectuoso. En cualquiera de esos casos, no lo dudes: anda y suspira.

Pero tanta conmoción en torno a los teléfonos nuevos es un anacronismo de los años en los que los dispositivos eran prácticamente piezas preciosas y mágicas ofrecidas con más intensidad a los amantes de la tecnología. Ya no lo son. Los teléfonos inteligentes ya son algo cotidiano y están al alcance de todos. Por eso es normal que ya no sean tan notorios.

El hecho de que ya no tengamos que pensar mucho en los teléfonos inteligentes es una señal de lo milagrosos que son. Al igual que otros productos de consumo como automóviles, televisores y refrigeradores, la mayoría de las personas en países relativamente ricos se compran un nuevo teléfono cuando el viejo que tienen se desgasta, o cuando quieren un cambio.

En gran parte debido a esta saludable evolución de lo novedoso a lo cotidiano, las ventas de teléfonos nuevos han estado disminuyendo durante varios años, aunque este año se incrementaron.

De alguna manera pareciera que hay más presión sobre nosotros para que tengamos opiniones y sentimientos sobre nuestros teléfonos que sobre nuestros refrigeradores (aunque no discutiré si quieres ir a abrazar tu nevera. Hazlo ahora si quieres, yo te espero). Sé que los autos, en particular, pueden ser emocionalmente resonantes. Pero para muchos de nosotros comprar un nuevo teléfono, automóvil, televisor o refrigerador es genial por un rato, y luego nos acostumbramos y nos sentimos bien. Eso está bien.

Dicho esto, debemos estar felices de que los fabricantes de teléfonos inteligentes continúen mejorando sus dispositivos en pequeñas y grandes maneras. Ha sido positivo que las computadoras personales —que al igual que los teléfonos pasaron de ser novedades a elementos esenciales menos notables— aprovecharan la oportunidad para reimaginar otras cosas que las personas podrían querer de las computadoras.

Gracias a eso obtuvimos productos nuevos e ingeniosos como los Chromebooks, las computadoras portátiles simplificadas que fueron un éxito en muchas escuelas de Estados Unidos porque eran relativamente económicas y los profesores podían personalizarlas con facilidad para los estudiantes. También obtuvimos mayor variedad en computadoras que combinan elementos de tabletas, PC optimizadas para quienes aman los videojuegos y computadoras con los cerebros enérgicos de los teléfonos inteligentes. Cuando las computadoras se convirtieron en algo demasiado cotidiano como para que las personas se emocionaran mucho por ellas, se desató la invención.

Es posible que suceda lo mismo en esta fase no mágica de los teléfonos inteligentes. Tengo una curiosidad cautelosa con los teléfonos que se pliegan o se despliegan para ofrecer mayor espacio de pantalla en una presentación relativamente pequeña. Hasta ahora, los nuevos teléfonos plegables —Samsung mostró sus modelos más recientes el miércoles 11 de agosto— han sido en su mayoría costosos y horribles. Pero sigo pensando que la idea tiene potencial (o quizás no).

Además, los teléfonos inteligentes siguen siendo un banco de pruebas para inventos útiles, en particular los relacionados a la fotografía y las funciones de software como el reconocimiento de voz.

Así que, ¡brindemos por las compañías fabricantes de teléfonos que siguen perfeccionando sus productos! Eso no significa que debamos interesarnos en lo más mínimo por los nuevos teléfonos Pixel de aspecto extraño de Google —aunque sí que se ven raros— o el nuevo iPhone de Apple, que sería el modelo… ¿13? ¿12S? Qué importa.

Los nuevos teléfonos serán más ligeros, más rápidos, mejores y quizás más costosos que los viejos. Las geniales nuevas funciones estarán allí cuando estés listo. No tiene que importarte hasta que llegue ese momento.