El secuestro en diciembre de 50 migrantes centroamericanos en Oaxaca (sur de México) y el asesinato en octubre de 72 en Tamaulipas (norte del país) , a manos de crimen organizado, ha precipitado las quejas contra la estrategia de protección del Gobierno.
Guatemala llegó a criticar la actuación del Ejecutivo de Felipe Calderón, y Honduras exigió más información respecto a la tragedia de octubre, pero fuera de eso los países han entablado un diálogo de cara a reforzar las estructuras de protección.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) , en 2009 fueron secuestrados 18.000 migrantes en México, de los 300.000 que se estima atraviesan el país cada año hacia Estados Unidos.
Las autoridades de derechos humanos en México hablan de al menos 214 secuestros masivos el pasado año. Todo ello ha motivado una importante movilización de activistas, que acusan al Gobierno de ineficacia, brutalidad y corrupción en materia migratoria. El país activó tras la masacre de Tamaulipas una estrategia especial, sobre la que no se han reportado resultados.
El vicecanciller Beltrán Guerrero regresó hoy a su país después de una gira de trabajo por Guatemala y El Salvador, donde se reunió con sus pares para retomar el dialogo bilateral en materia migratoria.
La delegación mexicana tenía programado un encuentro con sus homólogos de Honduras, pero debido a las malas condiciones meteorológicas se decidió suspender el encuentro, que se realizará la próxima semana.
México y las naciones centroamericanas acordaron en octubre poner en marcha un total de 21 puntos adoptados en acuerdo para fortalecer el combate al crimen organizado y proteger a los migrantes, principalmente.