“Por desgracia, hoy en día, millones de familias pueden reconocerse a sí mismos en esta triste realidad”, afirmó el Papa, quien lamentó que los refugiados no siempre “tienen derecho a una acogida, un respeto y un reconocimiento de sus valores”.
Jesús quiso ser parte de una familia que atravesó ese tipo de dificultades, añadió. “Dios quiso nacer en el seno de una familia humana, quiso tener un padre y una madre, como nosotros”, señaló Francisco.
Antes de proponer a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro escuchar su oración dedicada a la Sagrada Familia, cuya fiesta se celebra el último domingo de diciembre, el Papa pidió a las familias “tomar conciencia de su importancia en la Iglesia y en la sociedad”.
“A menudo pienso que para saber cómo es una familia, basta con ver cómo trata a sus niños y ancianos”, dijo Francisco, al agregar que los ancianos son a veces “exiliados escondidos” a los que se trata como “presencias que estorban”.