Unos 50 parientes partieron desde el Instituto de Formación Profesional, al este de la capital y donde están albergados, hacia el edificio de la Corte para reclamar los cuerpos de las víctimas, lo que congestionó el transitado bulevar Fuerzas Armadas.
El incendio en la granja penal de Comayagua, centro de Honduras, la medianoche del 14 de febrero, dejo 361 presos fallecidos de los 852 reclusos que estaban dentro, el doble de su capacidad.
La mayoría perecieron abrazados por las llamas o asfixiados por el humo según las autoridades.
Al menos 600 familiares desesperados exigen la entrega de los cuerpos, aunque el gobierno pide paciencia ante la difícil labor de reconocimiento.
El Ministerio Público, a través de unos 50 forenses entre hondureños, tres chilenos y cuatro mexicanos, realiza las tareas de identificación en la Academia Nacional de Policía, 5 km al suroeste de la ciudad.
Este miércoles estaba prevista la incorporación de cuatro forenses españoles.
El portavoz del MP, Melvin Duarte, informó que 176 víctimas ya fueron identificadas y los restos de 93 de ellas ya entregaron a sus familiares.
Duarte agregó que el MP envió muestras de tejidos a laboratorios de Chile y Perú donde les practicarán pruebas de ADN, ante las dificultades de identificación mediante huellas dactilares.