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Personal vinculado a la organización del cónclave presta juramento para guardar secreto en la elección del sucesor del papa Francisco

Médicos, enfermeras, ascensoristas, encargados del comedor y limpieza, personal de floristería y la Guardia Suiza Pontificia pronuncian y firman un juramento ante el camarlengo.

Cónclave juramento secreto

El Vaticano solicita que el personal que apoya la realización del cónclave preste juramento para guardar secreto sobre la elección del sucesor del papa Francisco. (Foto Prensa Libre: EFE/EPA/GIUSEPPE LAMI).

Todo el personal, eclesiástico o laico, desde los ceremonieros hasta los ascensoristas que estarán vinculados a la organización del cónclave para elegir al nuevo papa, prestará este lunes juramento para guardar absoluto secreto de todo lo que ocurra.

Todas las personas que participarán en el cónclave a partir del 7 de mayo, aprobadas por el cardenal camarlengo y los tres cardenales asistentes, de acuerdo con la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, deberán prestar y firmar el juramento a las 17.00 horas local de este lunes 5 en la Capilla Paulina.

La medida afectará al secretario del Colegio Cardenalicio, al maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y a los ceremonieros pontificios, pero también a médicos y enfermeras, ascensoristas del Palacio Apostólico, personal encargado de los servicios de comedor y limpieza, e incluso al personal de floristería y de los servicios técnicos, así como al coronel y a un mayor de la Guardia Suiza Pontificia destinados a la vigilancia en las inmediaciones de la Capilla Sixtina.

Después de ser instruidos sobre el significado del juramento, deberán pronunciar y firmar personalmente la fórmula prescrita ante el camarlengo, Kevin Joseph Farrell.

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Jurar confidencialidad significa que no podrán revelar nunca lo que vean o escuchen. La fórmula del juramento, que será un acto privado, lejos de cámaras y periodistas, es solemne y conlleva, en caso de incumplimiento, la excomunión.

“Prometo y juro observar absoluto secreto con cualquiera que no forme parte del Colegio de Cardenales Electores, y esto a perpetuidad, a no ser que reciba permiso especial expresamente dado por el nuevo pontífice elegido o por sus sucesores, sobre todo lo que directa o indirectamente se refiere a la votación y al escrutinio para la elección del Sumo Pontífice”, reza el juramento.

Y prosigue: “Asimismo, prometo y juro abstenerme de utilizar cualquier medio de grabación, audición o visualización de cualquier cosa que tenga lugar en la Ciudad del Vaticano durante el período electoral y, en particular, de cualquier cosa que esté relacionada directa o indirectamente con las operaciones conectadas con la elección misma”.

Los cardenales realizarán su juramento tras su entrada, el 7 de mayo por la tarde, en la Capilla Sixtina. Una vez jure el último de los electores, el maestro de las celebraciones papales, Diego Ravelli, pronunciará las dos palabras que abrirán oficialmente el cónclave: Extra omnes, es decir, todos fuera, cerrando con llave la puerta del lugar.

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El cardenal Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia durante 40 años, se dirigirá a los electores para la segunda meditación prevista por la Constitución.

Una vez terminada su reflexión, el cardenal Cantalamessa abandonará la Capilla Sixtina junto con el arzobispo Ravelli, y los cardenales harán la primera de las votaciones.

El cónclave será presidido por el cardenal Pietro Parolin, en ausencia del decano, el cardenal Giovanni Battista Re, de 91 años.

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