Por su parte, el ministro del Interior, Oscar Valdés, quien se encuentra en esa ciudad, dijo que en un recorrido por sus calles este lunes comprobó que la actividad comercial se ha reiniciado, así como las labores escolares y el tránsito vehicular, y que las carreteras se encuentran libres.
A raíz de la implantación del estado de emrgencia grupos de soldados salieron a resguardar los servicios públicos esenciales, como el suministro de agua y electricidad, los puentes y las carreteras.
Valdés aclaró que es la policía la que tiene a su cargo el resguardo del orden público y que el ejército, cuya dotación se ha reforzado en Cajamarca, “no tiene contacto con la población”.
El estado de emergencia entró en vigencia este lunes luego que el presidente Humala lo decretara la noche del domingo en un mensaje al país por considerar que “existe una situación de perturbación de la paz y el orden interno”.
El mandatario acusó a los líderes de la protesta de “intransigencia” y lamentó que en una reunión el domingo del primer ministro Salomón Lerner con los promotores de la huelga no se haya “logrado alcanzar acuerdos mínimos que permitan que retorne la paz social y los servicios públicos”.
La emergencia implica la intervención de las fuerzas armadas para colaborar con la policía en mantener el orden público.
Contempla además la suspensión de las garantías constitucionales de inviolabilidad del domicilio, libertad de reunión, derecho de libre tránsito y la detención de una persona sólo por mandato judicial.
El 24 de noviembre Cajamarca inició una huelga contra el proyecto minero Conga, de la estadounidense Newmont, que supone secar cuatro lagunas para proceder a la extracción de oro y cobre.
El proyecto prevé hacer un trasvase de aguas y construir cuatro lagunas artificiales para garantizar el agua a la región, pero la población señala que eso significará la destrucción del ecosistema de lagunas de Cajamarca y le quitará las fuentes de agua necesarias para la agricultura y ganadería.