El intento de mantener firmes sus políticas se produce después de que una jueza federal bloqueara la aplicación de su orden y de que una Corte de Apelaciones expresara cierto escepticismo.
En el texto de la norma, el republicano estipuló que identificarse con un género diferente del sexo asignado al nacer “entra en conflicto con el compromiso de un soldado con un estilo de vida honorable, veraz y disciplinado, incluso en su vida personal”.
“Las Fuerzas Armadas deben adherirse a altos estándares de salud mental y física para garantizar que nuestros militares puedan desplegarse, luchar y ganar, incluso en condiciones de austeridad y sin el beneficio de tratamiento médico rutinario ni provisiones especiales”, dicta la orden ejecutiva.
El decreto recoge también que utilizar pronombres incompatibles con el sexo asignado compromete “la capacidad del Gobierno de establecer estándares elevados de preparación de las tropas”.
Una juez federal paralizó la aplicación de la orden porque podría “violar los derechos constitucionales (de las personas trans)”.
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