Internacional

Turquía detiene a ocho personas por ataque a discoteca de Estambul

La policía turca detuvo el lunes en Estambul a 8 personas por su supuesta implicación en el ataque terrorista en el club "Reina" de esa ciudad, en el que murieron 39 personas.

Según el diario Hürriyet, los sospechosos fueron detenidos por la unidad antiterrorista de la policía, en una operación que aún continúa.  El ataque fue reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico.

Al respecto, los servicios de inteligencia turcos ven considerables similitudes entre el ataque en el club “Reina” y el atentado en el aeropuerto de Atatürk también atribuido al EI, en el que murieron 45 personas el pasado 28 de junio.

La policía centra la investigación en células del EI procedentes de Uzbekistán y Kirquizistán, aunque también en las ramas del EI de nacionalidad turca.

El ataque fue perpetrado por un desconocido que sigue a la fuga hacia la 01.30 hora local de (22.30 GMT) en una exclusiva discoteca situada en la orilla europea del río Bósforo, donde varios cientos de personas festejaban la llegada del Año Nuevo.

Además de las 39 personas muertas, la mayoría de ellas extranjeras, otras 69 resultaron heridas, algunas de ellas de gravedad.

En un comunicado difundido en las redes sociales, el EI afirmó que uno de los “soldados del califato” cometió el ataque en el club Reina.

Las familias de las víctimas extranjeras, más de 20, tenían que recuperar el lunes los cuerpos de sus allegados, fallecidos cuando un hombre irrumpió en la discoteca y abrió fuego contra los cientos de personas que estaban celebrando el Año Nuevo.
Turquía despidió en forma sangrienta un sacudido año 2016 marcado por una ola de atentados atribuidos al grupo Estado Islámico (EI) y a rebeldes kurdos, un golpe de estado fallido, las consecuencias de su represión y el envío de tropas al norte de Siria.

Es la primera vez que el EI reivindica un atentado en Estambul, pero varios ataques contra turistas cometidos en la metrópolis turca ya le habían sido atribuidos por las autoridades.

En noviembre, la agencia Amaq, vinculada al EI, había afirmado que los yihadistas estaban detrás de un atentado con carrobomba en Diyarbakir (sudeste). Pero los kurdos radicales reivindicaron su autoría después.

La televisión NTV afirmó que el atacante disparó entre 120 y 180 veces durante unos siete minutos sembrando el pánico, lo que hizo que incluso algunas personas se lanzaran a las gélidas aguas del estrecho del Bósforo para escapar a las balas.

Tras la matanza, el atacante se cambió de ropa y huyó.

“El peligro continúa”

La identidad del autor sigue siendo una incógnita, pero el diario Hürriyet indicó este lunes que las autoridades siguen la pista del EI y que el asesino podría ser oriundo de Kirguistán o Uzbekistán.
El ministro del Interior, Suleyman Soylu, declaró el domingo que se estaban llevando a cabo intensas operaciones de búsqueda y que el autor sería “capturado rápidamente”.

Sin embargo “el peligro continúa”, escribió el lunes el periodista Abdulkadir Selvi en el Hürriyet.

“Mientras este terrorista no sea detenido, no sabremos dónde ni cuándo puede cometerse otra masacre”, añadió.

El ataque se produjo a pesar del despliegue masivo de las fuerzas de seguridad en Estambul, una metrópolis tentacular que ha sufrido múltiples atentados en el pasado año.

“Noche de horror”

Según el último balance de las autoridades, 39 personas murieron y 65 resultaron heridas.

Los medios locales informan que los fallecidos son 12 turcos, uno de ellos con nacionalidad belga, y 26 extranjeros. Una víctima sigue sin ser identificada.
Entre las víctimas mortales, la mayoría oriundas de países árabes, figuran dos jordanos, tres iraquíes y tres libaneses, según las autoridades de los tres países.

Una franco-tunecina, una canadiense y una israelí perdieron también la vida en ataque.

“Vinimos para pasar un buen momento, pero de repente todo se volvió como una noche de horror”, explicó a la AFP Maximiliano, un turista italiano.

“Oímos disparos de kalashnikov, pensamos que quizás era gente que había bebido demasiado y que se estaba peleando, pero la gente empezó a echarse al suelo”, contó Albert Farhat, en la cadena libanesa LBCI.

El ataque suscitó una ola de reacciones de indignación en el mundo. Washington, Moscú, París y Berlín, así como el papa Francisco, lo condenaron con firmeza.

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