Se trata de una iniciativa que ha partido del papa Francisco y que permitirá a estas personas, que normalmente duermen y viven en la Plaza de San Pedro del Vaticano y en los alrededores, ducharse, cortarse el pelo y la barba y mantener unas condiciones de higiene saludables todas las semanas.
Gregorio nació en Polonia y ha vivido desde hace 12 años como mendigo en Italia. Este lunes fue uno de los primeros en acudir a la apertura de las duchas.
Contó a Efe con mirada sombría su llegada a ese país y su primer año y medio como vagabundo, un tiempo que pasó “viviendo en la estación de Termini” , lo que fue “una escuela de vida muy dura” que no recomienda a nadie.
Pero su semblante cambia cuando se le pregunta por la experiencia de este lunes, entonces explica que está “muy contento” de poder disfrutar de estas comodidades y da gracias al papa Francisco y a Dios en reiteradas ocasiones.
Como Gregorio, este lunes han hecho uso de las tres duchas y de la nueva sala de barbería más de 30 personas, según las cifras que manejan los voluntarios que prestan servicio a estas personas sin hogar.
Andrea Valeriani es uno de estos voluntarios que durante los próximos días conversará con los sintecho que se acerquen a la zona para procurar que se sientan cómodos.
El procedimiento es sencillo, comenta Valeriani: estas personas deben colocarse en fila para esperar su turno y, una vez dentro de las duchas, reciben gratuitamente un conjunto de aseo, compuesto por una toalla, jabón, cepillo de dientes y dentífrico, espuma y cuchilla para afeitarse.
“Además, se les da el tiempo que deseen para ducharse. Después, se les acompaña a la sala de barbería, donde se les corta el pelo y se les afeita siguiendo sus indicaciones sobre lo que quieren exactamente” , explicó.
El cambio, reconoce alegremente Valeriani, es notable.
“Ha habido un señor que cuando ha salido no le hemos reconocido. Cuando ha entrado ya era irreconocible, pero después cuando se ha afeitado y se ha cortado el pelo parecía que tenía 15 años menos. Ninguno le hemos reconocido. Soy guapo, soy guapo, decía” , relató.
Sin embargo, no todo han sido alegrías, comentó Valeriani, pues criticó que haya habido turistas que se hayan quejado de que las duchas se hayan colocado en un lugar tan turístico como la plaza de San Pedro.
“Alguno ha venido y ha lamentado el hecho de que las duchas estén bajo las columnas de San Pedro. No entiendo por qué, en el sentido de que es bonito lo que se ha hecho. Las duchas, ¿por qué no hacerlas aquí? Han sido una iniciativa del papa Francisco para las personas más débiles. Pienso que hay que dar más y criticar menos” , aseveró.
Grifos de agua caliente, dispensadores de jabón o secadores de manos activados con fotocélulas son algunas de las facilidades que el Vaticano pone al alcance de estas personas gracias a Jorge Bergoglio, en el marco de sus obras de caridad.
“Ha sido una iniciativa muy bonita y muy importante”, comentó el barbero voluntario Morgan, al tiempo que destacó la “humanidad extraordinaria” que presentan estas personas.