“Un día de marzo apareció acá solo y con una patita lastimada. Lo estuvimos curando de una lesión que no parecía ser grave y desde ese día se me acerca cada vez que lo llamo. Era un pichón macho que aparentemente se había perdido de sus padres”, explicó Estuardo a medios locales, según www.imneuquen.com
La relación entre “Condorito”, como fue nombrado, y su salvador, Edgardo, se ha vuelto cada vez más fuerte, y aunque el hombre asegura que el ave ya puede volar y que se alimenta por sí sola, posiblemente tenga que dejar que la lleven a un lugar mejor acondicionado, o que finalmente sea llevada a su hábitat por autoridades locales.
“Dicen que vienen a buscarlo para llevarlo a un lugar adecuado, pero aquí el cóndor está al aire libre, en un hábitat que reconoce como propio, así que no estamos de acuerdo con esa intervención”, aseguró Edgardo.