Stefan y Erika Svanstrom salieron de Estocolmo, Suecia, el 6 de diciembre y quedaron varados en Munich, Alemania, debido a una de las peores tormentas de nieve de la historia de Europa. Cuando pudieron volar a Australia llegaron a Cairns donde los golpeó el ciclón más feroz que haya soportado Oceanía. Allí debieron permanecer en un galpón de un centro de compras junto con otras 2 mil 500 personas.
Cuando pudieron trasladarse a Birsbane la ciudad experimentó la masiva inundación. Huyendo de allí llegaron a Perth donde tuvieron que escapar un incendio de proporciones épicas que diezmó la vegetación del área. Volaron, entonces, a Nueva Zelanda en donde al llegar los esperó el terremoto de Christchurch de magnitud 6.3.
Después de eso… fueron a Tokio. No hace falta agregar nada acerca del tsunami y el peligro nuclear.
“Decir que tuvimos mal tiempo durante nuestra luna de miel no es suficiente. Es tan absurdo que sólo podemos reírnos”, explicó la señora Svanstrom. “Hemos tenido nuestra cuota de catástrofes, pero lo importante es que seguimos juntos y felices”.