Según informó este marres el Hindustan Times, los pollinos estuvieron comiendo a sus anchas y destrozaron los jardines varias semanas hasta que en la cárcel se cansaron de la fiesta.
“No ha pasado nada”, declaró el superintendente de la cárcel de Ori, Sitaram Sharma.
El responsable carcelario explicó que los asnos entraron a la zona residencial y destruyeron las plantas que habían colocado, por lo que decidieron encerrarlos dentro de un viejo edificio del recinto penitenciario hasta que encontraran a los propietarios.
“Así que llamamos a los dueños y se los entregamos con la advertencia de que tenían que tener cuidado y no permitir que esto vuelva a suceder”, dijo.
Sharma explicó que “la mayoría” de los borricos fueron entregados a los dueños la misma tarde del domingo, y que el resto obtuvo la libertad el lunes.
Fianza
Aunque algunos medios especularon con ello, el responsable carcelario negó rotundamente que ninguno haya pagado fianza alguna.
De acuerdo con el relato de los dueños de los pollinos, ellos no llegaron a enterarse de que los animales estaban en manos de las autoridades penitenciarias hasta el domingo.
Sin embargo, no fue hasta el lunes cuando lograron, con la intercesión de una autoridad local del gobernante BJP, la liberación de los pollinos.
Himmat Singh, uno de los propietarios, narró al diario indio su angustia al no encontrar a los animales y su alegría amarga al saber que los burros estaban en la cárcel local.
“Me dijeron que el superintendente no estaba y que tenía que volver al día siguiente”, dijo al recordar su impotencia cuando el domingo corrió a rescatar a su asno.
Kamlesh dijo que sólo pudo recuperar al suyo el lunes tras acudir con un político del BJP que no ha sido identificado.
Eso sí, solo le dieron el burro después de que prometiera que no iba a volver a suceder. “Me preguntaron si tenía culpa, y yo admití que sí”, dijo Kamlesh.