Junto a él iba su fiel amigo, un perro con un parche negro en el ojo por lo cual se ganó el nombre de Pirata. El paciente no resistió la operación y murió.
El perro no se distanciaba del cuarto piso donde su amo estuvo internado. Las autoridades del hospital optaron por llevarlo a su hogar, pero la mascota regresaba al mismo.
Al final, el perro ha hecho del hospital su hogar. “Pirata ya es uno de los nuestros. Nos encariñamos con él. Le damos comida y agua”, dijo a Clarín uno de los enfermeros.
Sin causar fastidio a pacientes y personal médico, Pirata da vueltas en el cuarto piso o se queda en la puerta de la habitación. “Es manso, no molesta”, dijo una enfermera. “Su historia es triste y linda a la vez”, comentó una paciente ambulatoria.
La historia de Pirata, el perro que lleva tres meses esperando a su dueño fallecido https://t.co/gO8Foe0qxi pic.twitter.com/wOyQmUTZsX
— El Propio Web (@elpropioweb) January 21, 2016
La historia ya conmovido a Río Cuarto al punto que un comerciante, Federico Sassaroli, quiso llevarlo a su casa para volviera a tener un hogar. Sin embargo, el perro lloró y hubo más que regresarlo al hospital. “Voy a intentar llevarlo de nuevo. Me da mucha pena. No quiero que muera de tristeza”, dijo el comerciante.