EDITORIAL

A las puertas de un sueño

Aunque Andrés Manuel López Obrador no ha terminado de convencer a un importante sector de los mexicanos de las bondades de su todopoderoso gobierno, sí ha dado pasos que en el mismo periodo ni siquiera habían visualizado algunos de sus antecesores.

En sus primeros 15 días de gobierno anuló la reforma educativa implementada por su sucesor y dio el banderazo de salida para la construcción del tren maya en Chiapas, uno de los estados más pobres del país.

De interés para los países del Triángulo Norte es que el pasado martes el actual canciller, Marcelo Ebrard, anunció un programa de cooperación con Estados Unidos que contempla una multimillonaria inversión en el sur de México y en Centroamérica para promover el progreso e intentar frenar la migración irregular.

El funcionario agregó que este es el inicio de un proyecto ambicioso para generar prosperidad en la zona mesoamericana, lo que ciertamente representa la primera oportunidad real de impulsar nuevas condiciones para el desarrollo regional, pues el sudeste mexicano comparte muchas características con sus vecinos del sur.

Si a este pacto alcanzado por México y Estados Unidos se unen otros inversionistas de los países involucrados se puede lograr un prometedor espacio para el desarrollo, naciones que además es de donde proceden los migrantes que buscan un cambio en sus condiciones de vida.

Cabe recordar que por medio de la Embajada de Estados Unidos en Guatemala se hizo ya la visita de empresarios de ese país que en su momento habían anunciado el interés de invertir más de mil millones de dólares en Guatemala, lo cual puede aumentar si se integra un bloque mayor y más homogéneo para captar recursos que sí podrían transformar la vida de millones de personas.

Por supuesto que esto no será posible si los gobernantes de estos países insisten en su aislamiento, en el nombre de la soberanía y otras entelequias, para evitar la fiscalización internacional, la cual es más que necesaria ante los elevados indicadores de corrupción e impunidad prevalecientes en los tres países del Triángulo Norte.

A ello obedece también que Estados Unidos esté confiando más en México para que lidere estos esfuerzos para impulsar el desarrollo regional. El gobierno mexicano ha anunciado que planea invertir cinco mil millones de dólares en los próximos cinco años y, por su parte, Estados Unidos ha ofrecido invertir una cantidad similar para generar prosperidad e impulsar reformas institucionales en el Triángulo Norte.

Este plan puede ser mucho más prometedor si obtiene la participación de muchos otros sectores, de inversionistas privados y organismos multilaterales para promover la inversión. De hecho, autoridades mexicanas y de Estados Unidos convocarán en el primer trimestre de 2019 a representantes del sector privado estadounidense, mexicano e internacional, para promover la inversión en este proyecto, no solo para generar desarrollo, sino para detener la migración irregular.

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