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Aviturismo, nuevo sector económico

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En el mundo hay 20 millones de aficionados a las aves, de los cuales dos millones suelen viajar para hacer turismo. Guatemala es un receptor de estos viajeros.

El libro escrito en inglés titulado Field Guide to Birds of Northern Central America (traducido como Guía de Campo de las Aves del Norte de Centroamérica), escrito por Jesse Fagan y Oliver Komar, impreso en China en 2016, de 438 páginas, contiene la explicación en texto, fotografías de aves y mapas de la zona de Guatemala, Belice, El Salvador y Honduras.

¿Por qué es importante este tema para Guatemala? Primero, por la riqueza de la biodiversidad o variedad de formas de vida que se desarrollan en un ambiente natural; en este caso las aves. Suele haber congresos mundiales que tienen su sede anualmente en Guatemala porque el país posee no menos de 727 especies que se ha logrado documentar, entre ellas seis tipos de águilas y 18 de colibrís de distintos colores. De esas especies, 38 aves solamente pueden ser observadas en Guatemala, como el pavo de cacho y el pavo ocelado.

Todos los chapines vemos aves en las ciudades y en el campo. Sin embargo, quizás no nos hayamos interesado en identificarlas y observar su belleza y características.

El libro comentado se elaboró en la investigación y recolección de datos durante no menos de siete años. Se tenía información almacenada que se comparó con datos recientes, y además se utilizó vía internet el ebird.

Las ilustraciones del libro no solo señalan las diferencias entre las distintas especies, sino que proporciona información acerca de los hábitats que se encuentran en el área geográfica estudiada, el tamaño de las aves, y el plumaje. Se documentan también los sonidos y proporciona mapas que permiten identificar si el ave es residente o migratoria.

En Guatemala existen distintos lugares para observación de aves, que ofrecen algunas antiguas fincas agrícolas que han dado el giro hacia el aviturismo y turismo de naturaleza. Recomiendan empezar a observar los pájaros muy temprano en la mañana, o al final de la tarde, cuando se puede ver la mayor variedad de especies.

El área de los cuatro países analizados incluye 265,000 kilómetros cuadrados. Para una referencia de área, el Estado de Colorado tiene 270,000 km2, y Ecuador, 284,000 km2. Como todos lo conocemos, el país más grande de Centroamérica de los países analizados es Honduras (112,090 km2), seguido de Guatemala (108,890 km2). Belice es mucho más pequeño (22,966 km2), pero el más pequeño es El Salvador, con 21,040 km2. La región de los cuatro países está bordeada en el norte y el este por el Mar Caribe, y en el sur y el oeste por el Océano Pacífico.

La región está dividida por montañas, más o menos por la mitad, creando una vertiente al Caribe y otra al Pacífico. Ello hace que el clima y el hábitat sean diferentes en la región, lo cual afecta directamente la distribución de las aves. Los vientos prevalecientes y los comportamientos del clima en los dos océanos han creado en la región una riqueza en plantas y vida animal. La falla del Motagua, en particular, divide y separa las distintas subespecies, y limita la expansión de estas al norte y al sur.

Para quienes les interesen las aves migratorias, estas se presentan en abril de cada año, aunque hay algunas que llegan en enero-febrero.

Nos podemos sentir contentos de que la observación de aves atraiga al turismo, y no tan solo las bellezas naturales, ciudades antiguas y ruinas mayas que hay en Guatemala.

ESCRITO POR:

José Molina Calderón

Economista. Consultor en gobierno corporativo de empresas familiares. Director externo en juntas directivas. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Autor de libros de historia económica de Guatemala.

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