SIEMPRE VERDE
Cero corrupción
La indignación puede ser el detonante que necesitábamos para empezar a reaccionar. Pero no podemos quedarnos en protestas, denuncias y exigencias porque no vamos a llegar muy lejos. Una lucha frontal contra la corrupción puede ser la estrategia que nos unifique. Es vital la participación de todas y todos, nadie puede quedarse atrás. Y es fundamental armarnos, con la consigna: 0 tolerancia a la corrupción. Cero corrupción significa que nadie pagará un soborno, que nadie defraudará al fisco, que nadie pagará una mordida ¡nunca más! Tenemos que ser intolerantes con la corrupción porque es uno de nuestros problemas más graves y porque hoy tenemos la motivación para combatirla unidos.
Ya exigimos la renuncia de todos los funcionarios involucrados, para que pueda llevarse a cabo una investigación profunda y la aplicación de la justicia a quienes resulten culpables tras ser juzgados impecablemente. La ineludible tarea ciudadana es mantenernos vigilantes, denunciantes y activos. Si fuera legalmente factible, nuestra demanda más importante tendría que ser que suspendan las elecciones, para ir a un período de transición; porque si elegimos entre los candidatos y los partidos políticos actuales, en las condiciones presentes, vamos a mantener las políticas, las estructuras y las prácticas que les permiten robar y lucrar a los empleados públicos y a sus partidos políticos, desde que empezó la era democrática, como en el caso SAT. Pero también hay que señalar a las empresas que se aprovechan, participan y fomentan la corrupción.
Y mientras nos ponemos de acuerdo sobre próximas acciones, avanzan negocios y transas que aún no son escándalo público. Este lunes, en el Juzgado 12avo de Instancia Civil se escucharon argumentos en pro y en contra de que se permita la instalación de torres gigantescas y cableado eléctrico sobre Río Dulce. Trecsa —la transnacional que obtuvo la concesión y cobrará por cada kilovatio que circule por “sus” cables eléctricos, durante 50 años prorrogables— dice que tiene todos los permisos necesarios aprobados, y pretende mantener el plan, a su conveniencia. El proyecto, iniciado en tiempos de Colom, mantiene apoyo del gobierno: hay un decreto presidencial con el que Pérez lo declara de “utilidad pública y emergencia nacional” (¿w#t¢f∞?). El argumento de quienes piden que el cableado sea subacuático (¡no se oponen!), es el posible daño y el alto riesgo que se añaden a la gran vulnerabilidad de ese importante parque nacional. Se está investigando sobre este negocio y el de las jaulas para criar tilapias en el Lago de Izabal. ¡Atención! con lo que está pasando en Chajul, donde funcionarios de la HidroXalbal engañaron a los pobladores; y cuando estos protestaron, intentaron desalojar a la gente con la Policía y el Ejército, que terminaron tirando bombas lacrimógenas e intoxicando a la población indignada. Quienes no quieren ver arruinado Río Dulce y quienes no van a dejarse engañar impunemente por una transnacional, sienten indignación; igual a la que sentimos cuando conocimos el caso SAT o el caso Amatitlán: el Gobierno nos roba y hace negociaciones que nos dañan. La corrupción está enquistada en este sistema y tenemos que extirparla, antes de que nos mate.