CATALEJO

71 años después, el riesgo suma y sigue

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Mañana se cumplen 71 años del nacimiento de Prensa Libre, cuyo camino para llegar a esta fecha está marcado por las huellas de sangre de los periodistas independientes asesinados por fuerzas oscurantistas situadas a ambos lados del espectro político. Es irónico: a 26 años de la firma de la paz, el riesgo se ha mantenido, pero ha aumentado en los veinte meses del actual gobierno, cuya intención dictatorial es ya imposible de negar hasta para sus colaboradores. Es igualmente innegable la similitud entre las acciones giammatteiescas con las del ortegamurillismo, así como las mentiras sin rubor de quien no ganó por sí mismo, sino porque recibió el voto en contra de quien fue la presidenta de facto en el gobierno de la Unidad Nacional de la Esperanza.

' Permanecen vivos, enhiestos, derechos los principios sembrados por los fundadores en esta institución periodística.

Mario Antonio Sandoval

Por primera vez el Estado de Guatemala está cooptado en los tres poderes, las cortes de Constitucionalidad y de Justicia, el Ministerio Público y el Tribunal Supremo Electoral, y van para más. El proceso se inició desde el momento de la imposición de la bancada presidencial a Alejandro Giammattei, antes de saberse quién ejercería el verdadero poder en el país por motivo de amores prohibidos. En ese contexto solo caben noticias escritas con la intención de engañar a los ciudadanos y las opiniones deben seguir ese mismo rumbo. Hay un costo para el periodismo cuando el público puede enterarse de cualquier abuso de gobernantes, partidos politiqueros, parlamentos y sus compinches. La negativa reacción oficial no debe sorprender a nadie.

El periodismo independiente evita la muerte de la democracia, aunque sea tan cuestionable como la de Guatemala. La victoria final será de la ciudadanía, por vías del periodismo independiente y profesional, porque su fuerza radica en la confianza popular, causa de la obsesión de las dictaduras en ciernes o en funcionamiento por acabarlo, hundirlo y asfixiarlo económicamente. Los inmorales individuos difusores de mensajes falsos por las redes sociales constituyen el segundo peor peligro, porque sus contratantes por desgracia tienen razón cuando confían en la actitud pusilánime mayoritaria, característica notoria en Guatemala. Los gobiernos pasan, pero su daño puede durar mucho. La prensa permanece porque siempre habrá quien ocupe cualquier tronera vacía.

Una característica de esta crisis es la presencia de las redes sociales, por esencia anónimas, y la de personas bienintencionadas pero cuyos análisis no toman en cuenta los efectos devastadores sociales de la eliminación del periodismo independiente. Tienden a generalizar como inherentes al ejercicio periodístico los casos de abusos de quienes no lo practican con profesionalismo y se corrompen. Y son pocos los críticos del periodismo, ajenos a esta profesión, con la entereza de reconocer los beneficios del buen periodismo. Poco a poco, espero, comprenderán la gravedad, para los intereses ciudadanos, de las acciones propias de dictadores, quienes sí comprenden el riesgo de permitir a la ciudadanía conocer de desmanes de todo tipo y profundidad.

Los fundadores de Prensa Libre cumplieron siempre su tarea, con entusiasmo y amor por Guatemala. Dejaron escuela positiva pero dolorosa: uno de ellos fue asesinado; dos más secuestrados, y también a lo largo del camino quedó regada la sangre generosa de reporteros y fotógrafos. El juicio de la Historia, estoy convencido, ya es favorable a ellos y también a esta institución periodística, convertida en el aula donde tuve los mejores maestros, hice noticias y reportajes, dirigí y hoy comento el acontecer nacional. Así como el precio de la democracia es la eterna vigilancia, el del periodismo independiente es el del riesgo derivado de aplicar en su tarea diaria una libertad protegida por la Constitución.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.