CATALEJO

Ahora se agrega la descarocracia

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Descarocracia es un neologismo: una palabra derivada de la necesidad de definir nuevas acciones. En la política centroamericana se está manifestando en El Salvador, Honduras y Guatemala. El cipote Bukele ha realizado acciones muy similares a las de los gobiernos de Arena y del FMLN. La ley no se obedece y se cambia cuando se vuelve obstáculo. Para eso emplea la mayoría en el Congreso. En Honduras, la presidenta Xiomara Castro ya dejó en libertad a los corruptos funcionarios de su marido, José Manuel Zelaya. Guatemala ya está en una pseudodictadura similar a la de Daniel Ortega, con quien se mantienen relaciones comerciales. Giammattei es una derecha fuera de tiempo, y los otros dos, una izquierda incalificable.

' La entrega de la UNE a Sandra Torres demuestra el plan de colocarla como la “menos peor” en las elecciones del 2023.

Mario Antonio Sandoval

La cercanía de elecciones permite predecir nuevas burlas a la ley. En Costa Rica no ocurrirá, pero los absurdos 25 candidatos competidores este domingo pasado dejaron a dos: José Figueres, expresidente y acusado de corrupción, a quien acompaña Rodrigo Chaves, exfuncionario del Banco Mundial, donde enfrentó una investigación por acoso sexual. Su partido es nuevo, el Social Democrático, y ese 16.7% de los votos es un castigo para el izquierdista Partido Acción Ciudadana. Figueres, hijo del expresidente del mismo nombre, representa la política tradicional con el Partido Liberación Nacional. En el caso de Guatemala no deja lugar a dudas, porque de nuevo competirán pseudopartidos y ya comenzaron las acciones de cambios, para no cambiar nada.

La devolución de la Unidad Nacional de la Esperanza a Sandra Torres, a pesar de la resolución previa en contra y gracias a una decisión de un juez de Alta Verapaz, demuestra varias cosas: a) la extraña posibilidad de pedir un amparo ante cualquier juez del país, razón para lograr decisiones causantes de sospechas de corrupción o de presiones. Cuando ella era la mandamás del país, embadurnada pero sin una sola firma comprometedora, supe de fuente innegable de su acción similar en un caso relacionado con personas, según ella, sus enemigos políticos. Veo una repetición de esa actitud. b) Comprueba la alianza con el oficialismo actual, cuyo plan es darle la oportunidad de participar, para ser derrotada por tercera vez a causa de sus anticuerpos.

c) Demuestra la obsesión de Torres por la presidencia de la república, con el error de no ver los cambios ocurridos en el país, pocos para bien y muchos para mal. Esta nueva intentona tiene un problema: el presidente de la Corte de Constitucionalidad, Roberto Molina Barreto, compañero de fórmula de Zury Ríos y derrotado junto a ella, debe retirarse cuando la CC trate el caso. Sin embargo, posibilidad d), la candidata oficial, la “galla medio tapada” es Zury Ríos, quien pronto quedará libre de la prohibición legal, necesitada de borrón. Ella coincide con su neofundamentalismo y confía en el voto originado en la religión y en el recuerdo de su padre, el jefe de Estado de facto Efraín Ríos Montt, quien ya va desapareciendo de la memoria de un pueblo olvidadizo.

Puede haber un e), el convencimiento de Torres de no poder ganar a Ríos, con lo cual trataría de quitarla de la contienda electoral para sustituirla con una Telma Cabrera, del partido étnico Movimiento de Liberación de los Pueblos, convertida en una repetición de Pedro Castillo en Perú, para así despertar el miedo de muchos votantes y sectores de poder y convertirse en la opción menos peor, como lo fueron Jimmy Morales y Alejandro Giammattei. Las elecciones serán en su primera vuelta el 25 de junio entrante y la segunda, el 20 de agosto. Es un tiempo corto, sobre todo si aumenta el demencial número de pseudopartidos, condenados a desaparecer muchos de ellos, porque no podrán obtener ni siquiera el mínimo 1.5% de los sufragios válidos.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.