LIBERAL SIN NEO

Ajedrez fatal

El ataque de Hamás a Israel no puede verse como un episodio más en el largo conflicto entre palestinos e israelís; es un parteaguas. Si la invasión de Rusia a Ucrania marcó el fin de una época del orden político-económico global y el inicio de otra, lo que ocurre en medio oriente es potencialmente tan o más disruptivo. Categóricamente ha quedado enterrada la tesis de Francis Fukuyama en El fin de la historia y el último hombre (1992); tras la caída del Muro de Berlín y el colapso de la Unión Soviética, llegaría el fin de las luchas ideológicas. Las naciones del mundo se encaminaban a la democracia liberal; gobierno representativo, estado de Derecho y mercado libre. Derechos humanos y sana competencia económica terminarían por sustituir a las revoluciones y guerras. No.

' Fritz Thomas

Lo que sucede en Gaza e Israel forma parte de un contexto geopolítico más amplio.

El conflicto actual inició a temprana hora el 7 de octubre, con el lanzamiento de miles de misiles desde Gaza hacia Israel y la simultánea incursión de combatientes palestinos dirigidos por Hamás que atacaron no solo bases militares, sino comunidades civiles. Incursionaron en comunidades matando a mansalva a ancianos, mujeres y niños, masacraron a 260 civiles que participaban en un festival de música al aire libre, secuestraron a más de un centenar de personas. El ataque fue de una ferocidad y crueldad deliberada que solo puede obedecer a un fanatismo de odio inhumano largamente cultivado. Hay muchos antecedentes en el conflicto entre palestinos e israelíes, un péndulo de culpas, de víctimas y victimarios; no hay causa ideológica o religiosa que excuse la indiscriminada ejecución intencional de familias enteras.

La ley del talión, el principio de justicia retributiva de ojo por ojo no podría ser suficiente ni apropiada. El actual estado de Israel nació de las cenizas del holocausto de la Segunda Guerra Mundial con la esperanza y promesa de nunca más. Desde su fundación al presente, la población palestina ha tenido muchas oportunidades de tomar el camino de la paz y progreso. Sin embargo, ha sufrido la captura de facciones fanáticas que la gobiernan, a quienes no interesa ni conviene la paz; literalmente viven del conflicto, la guerra es lo que justifica su intolerante dictadura y razón de ser. Esta forma de existir y gobernar, en la que la destrucción total de Israel y el exterminio de su población es la única visión del futuro, tiene que terminar. Negociar la liberación de rehenes y regresar al statu quo ante bellum fortalece al agresor y asegura peores ataques futuros.

Lo que sucede entre Gaza e Israel forma parte de un contexto geopolítico más amplio. Atrás está Irán, teocracia fanática que anuncia a todos los vientos su intención de destruir a Israel. Tiene rodeado al estado judío, financia, entrena y arma a Hizbolá, una milicia con más de cien mil efectivos que tiene secuestrado al estado fallido del Líbano, dirige bases y milicias en Siria, es mentor y financista de Hamás. En seguimiento a los Acuerdos de Abraham, que consiguieron la normalización de relaciones diplomáticas y comerciales entre Israel y varios países árabes de la región, se acercaba un acuerdo con Arabia Saudita; desenlace absolutamente intolerable para los designios de Irán. El inevitable contrataque de Israel a Gaza hace imposible algún acuerdo con Arabia Saudita.

En las próximas semanas y meses, Israel utilizará su formidable fuerza militar para desmantelar y destruir a Hamás, tarea que causará grandes daños a la población civil palestina en Gaza. Esto es exactamente lo que quieren los enemigos de Israel. El ataque de Hamás fue el movimiento de una pieza en este ajedrez fatal.

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

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