CATALEJO

Al respecto de la primera encuesta

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En medio del enorme enredo causado por la actual situación político electoral, la encuesta es un medio útil cuando es hecha profesionalmente, como es el caso de la encargada por Prensa Libre a la empresa ProDatos. Es necesario señalar el efecto de algunos de sus elementos, de los cuales el margen de error, en este caso de 2.8%, tienen papel primordial para entender cómo son realmente las cifras. De hecho, no es correcto señalar un porcentaje específico, sino el área donde influye. Sandra Torres tiene una intención de voto localizada entre el 23.5% y el 47% de quienes tienen 35 años o más; 17.9%, no solamente el 20.7%. Zury Ríos, entre 18% y 13.1%, con un intermedio de 15.9%. Thelma Aldana, entre 12.3% y 6.7%, con un intermedio de 9.5. Y Alejandro Giammatei, de 10.2% a 4.6%.

En cuanto al antivoto, al rechazo total, Sandra Torres tiene motivos de preocupación. En promedio nunca votarían por ella el 49% de los encuestados. Mujeres, están en su contra el 44%; 43% del nivel social D y 50% de los jóvenes entre 18 y 24 años; es decir, los grupos donde según ella está bien. A eso se agrega el 88% del nivel BC1, el 70% del C2-C3; el 60% del interior urbano, 78% del área metropolitana; 51% de los votantes entre 24 y 35 años. Es posible entonces predecir una votación favorable electoral menor al 20.7% del resultado obtenido en la encuesta hoy comentada. Si quedan fuera de la contienda Thelma Aldana y Zury Ríos, como seguramente pasará, quedará libre un 46.1% de los votos y su distribución es impredecible.
A Torres la apoyan por los programas solidarios. De sus seguidores, el menor apoyo lo tiene en “no es corrupta”: 14%, mientras Ríos y Aldana tienen en esto 17 y 24%, respectivamente; Giammatei tiene el 28% de apoyo porque “da confianza”.

Le siguen Ríos, 28%; y Thelma Aldana, 24%. Si se aplica la frase “es la economía”, referente a la política, es posible ver a los guatemaltecos apoyando a alguien incapaz de dar confianza, y además corrupto, pero ofrecedor de regalos para el alimento de las familias. Pasando a otra página, si se aplica el 5% de intención de voto como la barrera (por ser el porcentaje mínimo de votos para impedir la muerte de un partido), los 24 aspirantes se reducirían a seis, cifra de quienes tienen al menos una medición favorable de más del 5%.

' La encuesta demuestra la importancia crucial del factor tiempo. Solo lo tienen quienes ya participaron antes.

Mario Antonio Sandoval

Acerca de los aspirantes, he hecho dos artículos recientes. Los resultados no les son halagadores. Edmond Mulet tiene su mayor porcentaje en el 7% de apoyo de los niveles socioeconómicos BC1 (alto), C2 y C3. Solo tiene 11% de antivoto en el área metropolitana. En todas las mediciones, es el aspirante con menor antivoto, y por eso en muchos casos ni siquiera aparece en las cifras reportadas por Prensa Libre. Por su parte, en Manuel Villacorta se está manifestando el problema de no ser conocido fuera del área académica. Su mayor porcentaje alcanza 1.2%, y también tiene muy poco antivoto, hecho positivo pero no suficiente. En ambos aspirantes, su futuro depende de la decisión de mantenerse por cuatro años más en la lucha de la oposición política.

A todos los candidatos les afecta el cortísimo tiempo para la primera vuelta. Quedan 73 días calendario para la primera ronda, pero de hecho la Semana Santa elimina otros siete, para quedar en 66. La lucha por realizar cambios sociales vía los votos favorables a personas presentables es una batalla de larga duración, y por eso se debe pensar en los comicios del 2023, no en los del 2019. El orden de los actuales aspirantes no es muy distinto a los de las elecciones desde 1986: los primeros cuatro suman más del 80% de la intención de voto. En esas circunstancias, la aplicación de calificativos como “ventaja”, en referencia a alguno, puede válidamente ser considerada como un inconsciente apoyo, al analizar la ventaja de relacionar a un nombre con una palabra positiva.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.