PLUMA INVITADA

CA, soberana ante la globalización

Matt Rooney

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Centroamérica es una serie de países con varios desafíos y oportunidades. Afortunadamente, existe una agenda de acciones que, manejando su autoridad como estados soberanos, puede realizar para posicionarse como socio a igualdad con Estados Unidos. En primer lugar, hay que enfatizar la lucha contra la corrupción y su compañero, la informalidad.

' La digitalización es una oportunidad que no deben perder los países centroamericanos.

Mathew Rooney

La corrupción representa un desafío mayor a la cooperación con EE. UU. Es más, socava la confianza del contribuyente y del inversionista, es el más regresivo de los impuestos, impulsando la pobreza y bloqueando el desarrollo.

La otra cara de la corrupción es la informalidad, que, desde un punto de vista puramente económico, representa la brecha entre la productividad de la mano de obra y el salario mínimo formal. Desde un punto de vista más bien social o político, la informalidad de la empresa representa un intento de bajar costos —es decir, incrementar la renta del dueño—, esquivando regulaciones e impuestos.

En este sentido, la informalidad le quita al trabajador los ahorros indispensables para enfrentar la vejez y la enfermedad. El resultado es un círculo vicioso porque no tiene incentivos para invertir en su formación, lo que le permitiría entrar al sector formal.

La segunda tarea de los países de Centroamérica en su relación con EE. UU. es posicionarse como un bloque más grande. Desde la disolución de la República Federativa de América Central en 1838, el istmo busca la unificación. Anclado en las constituciones nacionales, este compromiso con la unificación —a definir a lo largo del tiempo, siempre respetando la soberanía y las particularidades de las naciones—, permite a la región posicionarse más atractiva a los inversionistas en sectores claves para la cuarta revolución industrial. Además, la posiciona como una población y un socio comercial que EE. UU. no puede ignorar.

En tercer lugar, hay que comprometerse de manera permanente con las reformas para fomentar el crecimiento e impulsar la prosperidad. La lista de tareas puede desanimar: infraestructura energética, de transporte, y digital. Educación y formación. Desarrollo territorial e integración de las zonas rurales. Competitividad de la industria exportadora. Modernización permanente del marco jurídico y reglamentario, entre otras.

El Instituto George W. Bush, un centro de investigaciones ubicado en Dallas, Texas, ha formado una red de líderes de pensamiento de diferentes sectores profesionales, puntos de vista políticos, generaciones y géneros para analizar este tema. Consultando con este grupo identificamos la digitalización como una oportunidad a no perderse.

Puede parecer de envergadura estrecha, pero una digitalización consecuente, pasando por un uso más amplio de servicios móviles, puede no solo incrementar el crecimiento económico y la competitividad industrial, sino también frenar la corrupción y disminuir la informalidad —al tiempo de fortalecer la integración económica regional—. Por eso estamos trabajando con nuestra red para dibujar una estrategia regional de digitalización y, más adelante, empujar su implementación.

Además de fortalecer el crecimiento, promover la prosperidad y luchar contra la corrupción, este tipo de compromiso crea una base de acercamiento con EE. UU. como socio igual y soberano, enfrentando un desafío compartido. Enfatizar lo que los ventroamericanos están haciendo para ayudarse a sí mismos les permite pedir ayuda a EE. UU. en el contexto de una oferta de colaboración en enfrentar una serie de desafíos que a ambos amenaza la seguridad nacional y la paz social.

* Director del Bush Institute

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