CATALEJO

El Mirador: 964 motivos para asombrar aún más

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Ha sido descubierta una nueva, enorme y asombrosa cantidad de pirámides y otras edificaciones mayas del Clásico Tardío (650-900 DC) yacentes en El Mirador, al norte de Petén, cerca de la frontera y de la rival Kalakmul. Son 464 ciudades desconocidas en 1,732 km². (El número total aumenta a 962). Su promedio es de una construcción cada 1.4 km². Largos cuarenta años han pasado desde el inicio de los trabajos dirigidos con rigor científico, insistencia y entusiasmo por el arqueólogo Richard Hansen, primero con herramientas casi primitivas. En el 2015 se empleó la tecnología Lidar, un láser colocado en aviones encargados de tomar millones de mediciones para descubrir en poco tiempo diferentes alturas del suelo y con ello edificaciones.

' Este hecho debería provocar aumento de fondos públicos, manejados a través del sector privado, con control estatal.

Mario Antonio Sandoval

Hansen justicieramente receptor de la Orden del Quetzal, ha tenido la colaboración de científicos nacionales e internacionales, como Carlos Morales-Aguilar y la estadounidense Josephine Thompson, así como la Fundación Fares, presidida por Francisco Berger Orión, y Juan Carlos Flores Gordillo, presidente de la Fundación Santuario Mirador, todos mencionados por Hansen. Hay más colaboradores: estudiosos y habitantes de la zona, quienes cuidosamente sacan las joyas históricas, o aquellos enamorados del proyecto y dispuestos a dar su tiempo para más avances y para convencer a otros financistas. Es una lucha multidisciplinaria y de diversos niveles de entusiasmo por dar a los guatemaltecos y el mundo un mejor conocimiento de la asombrosa cultura maya.

Al mundo de este 2023, esos descubrimientos le dan lecciones, en especial sobre el cambio climático debido a la destrucción de árboles. La construcción de esas pirámides y construcciones fue esencial para destruir esa selva, porque significó la muerte de millones de árboles y provocó la migración al sur de Guatemala. Se dividieron en grupos cuyo nombre debería ser “mayenses”, es decir, herederos de los mayas, porque éstos prácticamente habían desaparecido cuando en 1523 llegaron los conquistadores, victoriosos por la diferencia de armas y haberse aprovechado de las guerras internas. Los mayas se dividieron en el lenguaje, en forma parecida a la partición del latín en las lenguas actuales: español, italiano, francés, portugués y retorromano.

El triunfo de haberse conocido esta nueva parte de El Mirador debería convencer a este gobierno, como no se ha podido con los anteriores, de aumentar los fondos para continuar los trabajos. Por razones obvias, se debe canalizar el dinero a través de entidades integradas por el sector privado, con control del empleo de los fondos, claro está, y representantes del sector público, con la condición de no ser politiqueros profesionales, sino científicos, estudiosos y enamorados del pasado prehispánico de Guatemala. Lo mismo con el pasado colonial: por depender de la comuna de La Antigua, esa ciudad ha disminuido su valor histórico a causa de las numerosas lotificaciones de casas de este siglo.

La divulgación de estos descubrimientos en El Mirador debe ser mencionada dentro y fuera de Guatemala, para levantar el casi inexistente interés y convertirlo en entusiasmo de los guatemaltecos. Puedo sentirme orgulloso porque conozco a varios de los entusiastas de este proyecto y agradezco por la Historia de Guatemala. Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla, afirma un refrán, pero yo lo veo distinto: quien conoce su Historia, está llamado a respetarla y comprenderla. Por ello, la divulgación en la prensa constituye un bofetón a quienes se dedican a difamarla y a mentir, por tontería, ignorancia, mala fe, o las tres. Creo además necesaria la divulgación de los videos, fotos, mapas creados por todos estos personajes, ya sea por nacimiento o por amor.

 

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.