CATALEJO

El quetzalito superó vuelo del cóndor y el águila real

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Apenas tiene diez centímetros por lado, pero ese microsatélite, el Quetzal 1, superó al vuelo del cóndor y el águila real.. Ya está dándole vueltas al planeta a 400 kilómetros de altura, durante un lapso de un mes y un año y medio. Demuestra cómo en Guatemala ya pueden realizar avances científicos, financiados por fondos privados nacionales e internacionales. Por eso es un paso adelante. Su meta es probar un sensor para detectar el nivel de clorofila de las aguas, y su costo muy razonable, 260 mil dólares, cifra mínima al compararla con el costo de la investigación espacial. El 70% de sus componentes fue fabricado en Guatemala, y es el producto de seis años de entusiasta trabajo de catedráticos y estudiantes de la Universidad del Valle de Guatemala.

' Es un microsatélite de diez centímetros por lado, del cual el 80% fue fabricado por estudiantes y catedráticos de la U. del Valle.

Mario Antonio Sandoval

El quetzal guatemalteco pronto comenzará a regresar a la Tierra y cuando llegue a la atmósfera se desintegrará. Los datos obtenidos, así como lo modesto de sus costos, puede significar contratos para hacer otros, aunque en esto tiene competencia, por haber proyectos similares en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia y Costa Rica. La implicación es clara: en América Latina y Centroamérica se pueden realizar proyectos científicos, con colaboración de instituciones internacionales, para lanzar este microsatélite al espacio y luego ponerlo en órbita, como es el caso de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón. Este acontecimiento abre las puertas en Guatemala al desarrollo tecnológico, paradójicamente en un país donde el analfabetismo es apabullante.

La Universidad del Valle de Guatemala es una entidad con el 80% de sus estudiantes dedicados a ingeniería, y el 20% restante a las ciencias humanísticas, lo cual no significa ausencia de estudios de estas últimas materias, fundamentales para afianzar la Filosofía y la Ética, bases indispensables para la Ciencia con valores. La “ciencia simple” tiene motivos para carecer de los fundamentos necesarios para saber el porqué y las metas del estudio y avances científicos, porque estos se pueden volver la razón de resultados contraproducentes y a veces hasta perversos. En Guatemala son necesarios estos estudios y avances para comprobar la capacidad ciudadana en todas las materias. Alguien lo soñó hace seis años y ahora es una realidad, para satisfacción de los estudiantes chapines interesados en una ciencia considerada por muchos como muy lejana para el país.

Es importante, además, permitir a los ciudadanos interesados conocer cómo son los triunfos en esta área. Ya hay un éxito, aun cuando por algún motivo la vida útil de Quetzal 1 fuera muy corta. Pero la esperanza de un tiempo largo todavía se debe mantener, por el trabajo de estudiar las aguas de ríos y lagos en el mundo. En Guatemala, desafortunadamente, se han convertido en depósitos de aguas servidas, residuos químicos y depósitos de plásticos, a todo lo cual se une el desprecio por la naturaleza presente en la mayoría de guatemaltecos, a causa de descuidos, ignorancia y también mala fe, dicho esto con profundo pesar. Es posible medir la realidad de los cuerpos de agua, hasta hace poco de gran belleza natural, como es el caso del tan cercano lago de Amatitlán.

Merece aplauso la Universidad del Valle, sus autoridades, catedráticos especializados y estudiantes interesados en la ciencia. Como comprueba el Quetzal 1, no siempre se necesita de enormes cantidades de dinero, y ello da una esperanza al avance del país en este campo. Cada vez urge más combatir la corrupción, porque sin esta la realidad del medioambiente guatemalteco sería muy diferente. Todo esto permite sentir esperanza para el país gracias a acciones de las generaciones jóvenes, pero en este grupo se debe hacer la mayor cantidad de esfuerzos. El martes pasado debe ser declarado día en el cual Guatemala, pese a sus dolorosas realidades sociales, ingresó con un pequeño paso al prestigioso club de los países relacionados con el espacio.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.