HAGAMOS LA DIFERENCIA

El relámpago de media noche

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“La primera hora del 13 de noviembre de 1971 fue inusitadamente violento en el Instituto Técnico de Agricultura (hoy Enca). Durante una hora aproximadamente se vivió una actividad de terror que derivó en un resultado sangriento y mortal. Esa hora bastaría para partir la historia del citado centro de estudio en antes y después de este acontecimiento”. Esta es la reseña del libro recién publicado: El relámpago de medianoche, que recoge el relato narrado por el protagonista, Edwin Américo Samayoa Rojas, quien inexplicablemente sobrevivió a heridas extremadamente graves durante el suceso. El libro relata de primera mano los acontecimientos provocados por Basilio Martínez Ávila, un estudiante de esa institución —en la que estudiaban, convivían y habitaban estudiantes internos de la carrera de Perito Agrónomo—, quien en estado esquizofrénico desató un ataque a media noche con un machete afilado que había arrebatado a un guardián y mató a dos personas: el guardián Francisco Aldana García y el estudiante de cuarto semestre Vinicio Everardo Alvisurez Guzmán, e hirió a 11 más: un policía, un guardián y ocho estudiantes.

El libro es importante porque, según mi criterio, recoge la historia más apegada a los hechos ocurridos en esa noche, ya que Américo narra por su propia cuenta y por información de entrevistas a varios de sus compañeros y personas que estuvieron presentes en esa fatídica noche. Varias versiones sobre lo sucedido han surgido, algunas de ellas se han publicado, otras se han transmitido por tradición oral, cada una con parte de la verdad, pero este libro recoge con crudeza lo acontecido.
Julio Hernández, en su libro Cien primaveras, en ocasión del centenario de la Enca, describe también brevemente el acontecimiento con el título Terror en la oscuridad, se refiere al acontecimiento como una noche fatídica y de horror, indicando que a pesar del tiempo, el hecho histórico está aún presente en la memoria de estudiantes y egresados.

' Desprecio, racismo y discriminación pueden causar hechos violentos. Lo ocurrido en el ITA hace más de 50 años lo recuerda.

Samuel Reyes Gómez

En el Libro de Oro del I Centenario de la Enca, Rudy Alfredo Villeda Padilla, de la promoción 1970-72, hace una descripción detallada del suceso: La Enca y el caso de Basilio Martínez, quien confirma que Basilio principió a manifestar serios problemas de conducta durante una gira de campo que se hizo por fincas en el altiplano y Costa Sur, previo al acontecimiento. Atribuye como posibles causas de la tragedia el desprecio, racismo y discriminación existente en la época hacia estudiantes indígenas y afroamericanos como el caso de Martínez al cual molestaron hasta el cansancio. Esa noche, a las 7, se exhibió una película que trataba sobre historia del esclavismo en los Estados Unidos y considera que esa fue la gota que derramó el vaso, pues Basilio, después de verla, dijo que esa noche correría sangre. José Rolando Amado Funes, en dicho libro, en otro artículo, considera el síndrome de Amok como posible explicación del peor suceso trágico en la vida estudiantil de la Enca. Luis Arturo Mérida también escribió en el libro de oro el artículo Una noche espeluznante en la Enca, que hace referencia detallada al caso.

Después de más de 50 años de aquel infausto suceso, ninguno de los estudiantes, ni personas heridas y/o fallecidas en esa ocasión o sus familiares, han sido resarcidos o compensados por los daños sufridos, por parte del Estado de Guatemala ni de la institución.

Estos sucesos son importantes de recordar porque fenómenos como estos están sucediendo hoy día, con armamentos modernos, en escuelas públicas de EE. UU., Finlandia, Canadá, ahora en Rusia y en otros países, por lo que es importante que las autoridades estén atentas a cualquier signo causal, y llevar control de que los estudiantes y profesores no se presenten armados a recibir clases, y/o reportar cualquier indicio que se presente en las redes sociales incitando a actos de este tipo. Al retornar a las aulas después de la pandemia, debe prestarse atención, pues no cabe duda de que hay efectos psicológicos producto del encierro.

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.