CATALEJO

Encíclicas, una fuente de bases éticas y morales

|

No causan sorpresa las reacciones a la reciente encíclica Fratelli Tutti (Hermanos todos) del papa Francisco. Responde a este tiempo y uno de sus puntos fuertes radica en dirigirse a todos los seres humanos, no solo a los católicos. En España han surgido críticas al punto de tildarlo de “comunista” en algunos sectores de tradicionalismo retrógrado, mientras personas de religiones distintas han respondido con la fraternidad solicitada por el pontífice en el texto. Esta no es una ilusión, sino debe ser un diálogo de buena voluntad hacia el otro, quien dialoga conmigo, reconociendo la posibilidad de tener convicciones perfectamente posibles de convivir con las mías y así permitir la posibilidad de reflexionar y afianzarlas, adaptarlas o rechazarlas.

La fuerza de las encíclicas papales radica en la autoridad moral de quien encabeza el catolicismo, el grupo cristiano más antiguo y grande del mundo, por lo cual ha tenido indudable influencia en muchos elementos paralelos a lo puramente religioso, como la historia, las artes y el pensamiento filosófico basado o contrario a esos principios. Recuerdo una anécdota: Stalin, al recibir un mensaje papal instándolo a actuar con base en criterios cristianos, se volteó a sus generales y preguntó “¿Cuántas divisiones tiene el Papa?”, lo cual era lógico, pues, para él, la fuerza militar constituía la única fuente de solidez de algún criterio, sin importar la razón. Pero al analizar el mundo desde la perspectiva de lo correcto, no de lo legal o lo impuesto, contradecir es imposible.

' La encíclica Fratelli Tutti cumple una de sus funciones al referirse en forma específica a la economía, tema de ninguna manera ajeno.

Mario Antonio Sandoval

Las encíclicas deben respetar la realidad de una época y los valores fundamentales de la filosofía y religión católicas. Deben entonces ser muy específicas con esa realidad. A ninguno debe extrañar sus criterios –por ejemplo– acerca de cómo debe ser la economía, esa parte tan específica, no mayoritaria, del pensamiento humano y, por tanto, con la posibilidad de ser fuente de opinión, aunque evidentemente, por ser quien es, casi se le puede considerar una orden, aun para quienes no son católicos. Esto se le puede aplicar también a los criterios de quienes mandan en otras religiones del mundo. La libertad de decisión y de albedrío, o sea la voluntad individual no gobernada por la razón, permiten a cada quien no acatarla, pero aceptando las consecuencias de tal decisión.

Las ideas expresadas por el Papa no son inexplicables, pues responden a sus criterios personales. No tiene base criticarlas por no coincidir con quienes tienen pensamiento distinto o no admitan su importancia espiritual o religiosa. Si se piensa en las acciones humanas formando una pirámide escalonada, la ética es la más ancha. Le siguen, en orden ascendente pero menor, la filosofía, moral, religión, ciencia, humanidades, derecho, economía, etc. Por eso hay acciones legales o económicas, no éticas. Existen el Derecho ético y la Economía ética, así el pensamiento distinto a ambas disciplinas, según otorgue mayor o menor importancia a lo correcto. También es fundamental la importancia otorgada al individuo o la sociedad. La mente abierta ayuda a aceptar esto.

Cuando el Papa habla de la necesidad de crear normas morales no comerciales al Mercado, tiene lógica dentro de su pensamiento aunque no sea aceptable para muchos o para algunos. El Mercado tiene y debe tener bases éticas, pero no han quedado suficientemente claras, porque aunque sus bondades son innegables, tiene el problema similar al de la libertad individual: necesita de límites. Una encíclica no es un documento para leer por encima, sino para releerlo, y uno de sus fines es hacer pensar a cada quien en la corrección de sus actos individuales o sociales, porque vivir en comunidad es una normalidad innegable del ser humano desde siempre. Causa rechazo en algunos, al sentir temor porque sus convicciones actuales sean sujeto de análisis sereno.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.