CATALEJO

Esperado renacer de las procesiones

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Luego de dos años de no circular por las calles de las principales ciudades y municipios del país, aunque ha habido algunos cortejos procesionales en los últimos días, en la capital mañana se inicia la tradicional celebración de la Semana Santa, en la capital, con la procesión del Jesús Nazareno del Consuelo, de La Recolección, a la cual se unirá la de Jesús de los Milagros, de la iglesia de San José, ambas de gran valor religioso, artístico e histórico. En cierta forma el país comienza a recuperar su normalidad, luego de la suspensión a consecuencia del encierro obligatorio causado por las medidas necesarias desde cuando comenzó la pandemia cuasi bíblica del covid.

Muchas son las razones para alegrarse de este renacer. Para evitar el olvido de esta tradición de varios siglos, que debe ser mantenida y afianzada, como lo hacen los británicos, por ejemplo, cuya monarquía es de hecho cercana a lo simbólico. En Guatemala es necesario afianzar tradiciones te todo tipo: los barriletes gigantes de Santiago y Sumpango Sacatepéquez; la manera de celebrar la Navidad, de mantener la comida tradicional, la marimba, trajes tradicionales indígenas, todas pruebas indudables de la cultura guatemalteca, ahora debilitada a causa del malinchismo, del seguimiento de estilos, música e ideas extranjeras solo por estar de moda.

Esta tradición traspasa lo puramente religioso. Incluso quienes no son o han abandonado el catolicismo no tienen razón para rechazarla o no practicarla. Su amplitud y variedad permite a personas no católicas mantenerla en su relación con la comida, con la aceptación del valor artístico e histórico de las imágenes esculpidas mayormente en tiempos coloniales, al punto de haber constituido una escuela artística propia extendida luego a otras provincias del imperio español. Incluso hay algunos ejemplos de música barroca relacionada con la Semana Santa compuesta en Guatemala por músicos locales, por infortunio muy poco conocidos, Verlas pasar es gratuito, y apoya a la economía.

 

Al respecto de La Chalana

La Chalana es, desde 1921, el canto satírico universitario de la Huelga de Dolores. Fustiga mordaz y duramente en su versión original. Luego se popularizó una versión sin las lapidarias segunda y cuarta estrofas, aunque se mantiene el carácter profético y permanente de sus conceptos. Algunos detalles: se le bautizó chalana porque así se les llamaba entonces a las vendedoras del mercado. Tal término en España es de un vendedor de caballos “con maña y persuasión”. Sus autores fueron Miguel Ángel Asturias, José Luis Balcárcel y David Vela, con música de José Castañeda, y la letra fue publicada por primera vez, ayer hizo 100 años, en el periódico satírico universitario No Nos Tientes. Esa segunda estrofa dice: “Sobre los hediondos males// de la patria arrojad flores//, ya que no sois liberales// ni menos conservadores.// Malos bichos sin conciencia// que la apresan en sus dientes// y le chupan inclementes// la fuerza de su existencia”. La cuarta: “Contemplad los militares// que en la paz carrera hicieron// vuestros jueces a millares// que la justicia vendieron// vuestros curas monigotes// que comercian con el credo// y patrioteros con brotes// de farsa, interés y miedo. (Usa la palabra curas porque en ese tiempo no había pastores, y menos neopentecostales). Posteriormente, señala: “Reír de los liberales// y de los conservadores// y hoy sería “llorar por los liberales y por los conservadores”.

En la ‘chairo-fachología’ con la cual se mide todo en el país, este canto debe ser conocido sin amputaciones, porque lo ocurrido en Guatemala en esta dura actualidad se viene gestando desde la fundación, en 1847, de la República de Guatemala, una vez lograda por razones internas y externas la desintegración de Centro América en cinco parcelas, sin posibilidad de subsistencia, terreno fértil de dictaduras históricas, actuales y en proceso de renacimiento.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.